¿Cuáles son sus causas?
La causa más importante de la otitis media es la disfunción tubárica o el mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio, que es el conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe. Otras posibles causas son la infección de la vía respiratoria alta, problemas alérgicos y trastornos de la función ciliar del epitelio respiratorio de la vía respiratoria alta.
El deficiente funcionamiento de la trompa de Eustaquio muchas veces está relacionado con su obstrucción, que puede ser por motivos intrínsecos o extrínsecos. Habitualmente los motivos intrínsecos se deben a la inflamación de la mucosa de la trompa de Eustaquio por un problema infeccioso o alérgico. La obstrucción extrínseca, habitualmente de causa mecánica, es producida por una hipertrofia adenoidea (vegetaciones).
Los gérmenes que se detectan con más frecuencia en la otitis media aguda, son el Streptococcus pneumoniae, el Haemophylus influenzae y con menor frecuencia la Bramanella catarralis, el Streptococcus del grupo A y el Staphylococcus aureus. Además de las bacterias, también juegan un papel muy importante en la patogenia de la otitis media aguda los virus, siendo los más frecuentemente implicados el virus respiratorio sincitial, el virus influenzae, el virus parainfluenzae, adenovirus, rinovirus y enterovirus.
¿Cuáles son los síntomas?
En la forma aguda de la enfermedad existe dolor de oído (otalgia), fiebre, tinnitus e irritabilidad. Con menos frecuencia se puede presentar otorrea (supuración), vértigo y más raramente parálisis facial. En la otitis media crónica con efusión, la pérdida de audición puede ser el único síntoma.
¿Quién puede padecerla?
La otitis media es una de las enfermedades más frecuentes de la infancia y una de las causas de pérdida de audición en los niños. Aproximadamente el 70 por ciento de los niños han tenido algún episodio de otitis media. La otitis media afecta a todos los grupos de edad pero es más frecuente en el periodo de edad comprendido entre los 0 y los 7 años. A partir de esta edad la incidencia disminuye. Desde el punto de vista epidemiológico se han descrito distintos factores relacionados con una mayor incidencia de otitis media durante los meses de otoño e invierno.
Asimismo, es más frecuente en los niños que acuden a centros escolares o que presentan alteraciones anatómicas en el área rinofaríngea como el paladar hendido o que padecen inmunodeficiencias congénitas adquiridas. Por otro lado, se ha observado que la incidencia es menor en aquellos niños que reciben lactancia materna.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento habitual de otitis media aguda se realiza con antibióticos durante diez o catorce días, teniendo como referencia los gérmenes que habitualmente son los responsables de dichos procesos. Habitualmente, con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas. Sin embargo, si existe efusión en el oído medio ésta puede persistir durante varias semanas.
Al tratamiento antibiótico en ocasiones se asocian descongestionantes nasales y mucolíticos. Cuando los episodios de otitis media aguda son muy frecuentes y se sospecha que exista fuentes de infección como una adenoiditis crónica, sinusitis crónica, inmadurez inmunológica, deben valorarse esos procesos y establecer un tratamiento lo más específico posible.
En muchos casos, sobre todo en niños, en los que se presentan episodios repetidos de otitis media junto con síntomas de adenoiditis e hipertrofia adenoidea, se ha de realizar la extirpación del tejido adenoideo hipertrófico y la colocación de tubitos de drenaje transtimpánico previa realización de miringotomía y aspiración del líquido o efusión localizado en el oído medio.
¿Cuál es el pronóstico de esta enfermedad?
La otitis media es una enfermedad que afecta sobre todo al grupo de edad comprendido entre los 0 y 7 años. A partir de esta edad la incidencia disminuye de manera significativa. Los pacientes que presentan deformidades de paladar, alergias y otro tipo de anomalías cráneo-faciales tienen una mayor predisposición a padecerla y por tanto a sufrir las complicaciones de la misma. Con el tratamiento adecuado se evita la mayor parte de las secuelas que estos episodios pueden producir en las distintas estructuras del oído medio y evitar que en la vida adulta el paciente padezca una otitis media crónica con trastorno funcional del oído en mayor o menor grado.
La colocación de tubos de drenaje no supone un tratamiento dirigido a corregir la causa que provoca las otitis pero mantiene el oído medio en unas condiciones favorables para evitar secuelas posteriores y permitir una buena audición. Durante el tiempo que están los tubos de drenaje ha de evitarse la entrada de agua en los oídos por el riesgo de infección que esto supone.