1. El pan, en general, es uno de los alimentos que más sobran después las fiestas. Esto sucede por el estrés de las compras de última hora y porque es difícil ajustar la cantidad adecuada para un número de comensales al que no se está acostumbrado.
La ventaja del pan es que tiene múltiples usos aunque se haya quedado duro: tostadas con aceite de oliva o para acompañar un puré de verduras, o pan rallado para los empanados.
2. Los entrantes y los mariscos -luego de verificar que estén en buen estado y que se han conservado bien en el refrigerador-, pueden ser un acompañamiento idóneo en una ensalada ligera de hortalizas frescas (como el berro o unas lechugas variadas).
Los trocitos de marisco aportan un interesante contrapunto a la ensalada, que puede aliñarse con una vinagreta de naranja o una salsa mayonesa aligerada para darle un respiro al organismo de tantos excesos navideños.
3. Con las ensaladas que hayan sobrado, si están aderezadas, poco se puede hacer, ya que habrán perdido su textura y su sabor originales. Sin embargo, si no están aliñadas, aún se pueden utilizar para cocinar una crema de verduras.
Mientras no se hayan aderezado con vinagres o cítricos, todas las verduras sobrantes de guarniciones, ensaladas y entrantes pueden convertirse en unas cremas estupendas.
4. Con las carnes y aves asadas también hay varias opciones: se puede elaborar pimientos rellenos, convertirlas en bases de sopas o preparar el acompañamiento de un delicioso guisado de papas. Unas papas guisadas con cordero es un plato tan rico, que parecerá que aún se sigue de fiesta. Para ello, se recuperan los jugos, se trocea la carne en pequeñas porciones y se les da un hervor para juntarlos.
5. Los postres y dulces navideños se pueden utilizar como ingredientes en una gran cantidad de recetas. Entre ellas: la macedonia puede convertirse en un batido de frutas o en el ingrediente principal de un pastel de frutas tipo plum cake.
Los pasteles pueden convertirse en cremas, helados y cupcakes. Basta con modificar la textura (de estado sólido a blando, líquido o cremoso) para agregar a una crema pastelera, o a una crema de mantequilla, y utilizarlos como el perfecto complemento en recetas de repostería.
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