Edlin Palacios, de la empresa guatemalteca Ordena y Crea, desde niña ha practicado acciones para ordenar sus espacios y esto le hizo descubrir que era posible ayudar a otros a mejorar en este aspecto y a prepararse profesionalmente en este camino al punto de convertirlo en un negocio.
“Nuestra filosofía es ordenar espacios y crear áreas funcionales, así que organizamos según el aspecto que necesite la persona en su vida, a manera de que las cosas estén al alcance y los espacios sean permanentes”, dice Palacios.
El desorden se ha asociado con pérdidas de tiempo, problemas en las relaciones y otros aspectos que podrían evitarse, agrega.
Laura Estela Ramírez, también asesora en organización de hogares, comenta que el orden es el reflejo del ser interior y a veces al estar agobiados con todos los pendientes, un simple ejercicio podría ayudar a mejorar la situación, por ejemplo comenzar por una caja pequeña y empezar a dividir y clasificar lo que encontremos.
“Clasificar es importante y es un principio fundamental para empezar a modificar nuestro entorno”, asegura Ramírez, quien ha asesorado a algunas familias en esta tarea y explica que cuando se organiza un lugar hasta el estado de ánimo cambia y se vuelve más positivo.
El momento de buscar asesoría es cuando la persona se siente lista y dispuesta a tener una estructura en su vida. “Si la persona no está lista para ello, el desorden regresará”, comenta Palacios.
En ocasiones es de aprovechar a nivel personal cuando hay una mudanza, en el momento que los hijos se van de casa y también cuando alguien fallece. Durante la pandemia este tema también ha tomado auge.
En los últimos años se ha hablado también de más personas interesadas en el orden. Por un lado, la japonesa Marie Kondo con su método de la organización ganó adeptos en el tema a través de sus libros y series y también crecieron los canales y personas interesadas en una vida más ordenada.
El lema de Marie es “atrévete a vivir solo con lo esencial, con lo bello, con lo que realmente aporta felicidad”. Parte de su técnica es comprender que hay dos tipos de organización, la diaria que consiste en usar algo y volver a ponerlo en su lugar que va en la ropa, libros materiales, y otro que es un “suceso especial” que es poner en orden la casa lo antes posible.
El método #KonMari organiza la casa no por su ubicación sino por cinco categorías: ropa, libros, papel, komono (cocina, baño, garaje y objetos variados) y por último los artículos de valor sentimental. “Empieza por desechar. Luego organiza su espacio por completo y de un tirón”, dice.
Una metodología
Palacios explica que la organización necesita de una estructura que puede aplicarse en casas, comercios, centros comerciales o incluso en las actividades que hacemos a diario porque al tener todo en su lugar, conseguir que se apliquen pocos pasos para sacar o guardar algo facilita y mantiene el orden constante.
“Cada cosa debe tener su casa o lugar porque de lo contrario se pondrá en el primer rincón que encuentre disponible y se empieza a tener conflictos para encontrarlo…incluso podría representar pérdidas económicas”, comparte Palacios. Por ejemplo, en el vestuario podría comprarse un nuevo vestido negro cuando ya tenía uno similar, pero no lograba visualizarlo en el desorden.
El momento de buscar asesoría es cuando la persona se siente lista y dispuesta a tener una estructura en su vida. “Si la persona no está lista para ello, el desorden regresará”, comenta Palacios.
El proceso en sí es conocer las necesidades de cada uno, indica Palacios, después con base en ello se apoya en trabajo de calendarización y protocolo de cada uno de los pasos, a manera de convertirlo en real y permanente. Para palacios existen cinco puntos básicos para lograrlo:
- Extraer
Es importante vaciar el lugar que se va a organizar para darse cuenta de lo que se tiene. Una mirada profundo a los espacios. - Depurar
Se evalúa qué se va a hacer con cada uno de los productos para que la persona cree consciencia de lo que va a hacer o el valor de cada cosa. Algunas podrías donarse y otras que requieren de desechar o de guardarlo. - Limpieza
“No podemos guardar donde está sucio”, dice Palacios. Aquí se hace la categorización, es decir lápices con lápices, platos, con platos y así empezamos a darle a cada cosa su espacio. En el momento de organizar prendas, el ideal es ponerlos por colores, o bien por ocasiones en que se utilizan las mismas, agrega Ramírez. - Invertir o Innovar
Al saber qué accesorios o productos se tienen es el momento de decidir qué tipo de elemento puede utilizarse para ordenarlo, si una gaveta, un accesorio diferente, una mesa, entre diversidad de opciones. - Nombrar espacios
Etiquetar los lugares es un principio que podría ayudar a que cualquier persona que llegue reconozca los lugares de cada elemento. Ramírez sugiere que el proceso del orden es importante enseñarlo desde la niñez. Para ellos las etiquetas también son esenciales para que empiecen en su proceso de cómo ordenar.
