¿Quién no tiene problemas?

Rina Montalvo

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¿Dónde ha estado Dios en todo este tiempo, porque en esta historia parece haber quedado atrás?

Una lectora nos relata hoy con dejos de angustia y desesperación uno de los problemas que son tan frecuentes en la crisis de la viudez: la soledad, con la esperanza de encontrar consuelo en esos momentos que se convierten en siglos por quien los sufre.

Y dice: No ha pasado mucho tiempo desde que murió mi esposo y siento que ha dejado mi vida vacía, sin alicientes, sin objetivos para seguir viviendo. Comprendo que los hijos se van y hay que dejarlos ir… Sé que me espera más soledad, tristeza y desesperanza… no solo las del alma, sino también del mundo que me rodea. Casi sin familia, sin amigos, porque mi esposo era un hombre muy apartado y apegado a mí y a nuestros hijos, y no cultivamos amistades. Así, con este aislamiento, corro el riesgo de caer en una depresión de la que tal vez no pueda salir, al sentirme tan sola.

He perdido mi interés en el trabajo que hacía desde hacía mucho tiempo y sé  que con nada puedo llenar el vacío que ha dejado mi esposo.  Tampoco podría compartir mi vida con otro hombre, estoy segura de ello porque soy una mujer independiente y amo mi libertad. Pero cómo hacer para no rendirme ante esta soledad y qué me espera cuando mis hijos se vayan.

Bien, amiga, aunque usted no lo entienda en su actual situación, siempre hay una luz que alumbre el túnel de la soledad, siempre hay un camino que conduce a una vida de paz y tranquilidad; lo importante es cómo reaccionar ante la adversidad, ante estos momentos cruciales de la vida que tenemos que pasar de una u otra manera. Pero algo que debemos tener muy claro es que siempre habrá recursos para levantarse, para ayudarse y salir adelante.

Yo no sé cómo están sus valores espirituales y dónde ha estado Dios en su vida. La verdad es que un su largo relato Él no aparece en ningún momento. Dígame: ¿Es usted una mujer de fe? Pienso que al primero que clamamos los creyentes en nuestros problemas y necesidades es a Dios, porque nuestro espíritu lo necesita para llenarnos de esperanza, de fe y consuelo. Para que tengamos fortaleza y podamos resistir las adversidades. Sobre todo para resignarnos ante la pérdida de un ser querido.

Aparte de que usted debe buscar ayuda psicológica, también debe acercarse a grupos de motivación que ayudan tanto a aceptar la vida con más optimismo y que ayudan a fortalecerse. Conozco grupos cristianos y terapéuticos que ayudan a superar estas crisis y cualquier problema que nos agobie. Le recomiendo que acuda a ellos. Encontrará personas que la motiven y le ofrezcan amistad, amor y compañía. Es una manera de acercarse a Dios y de alejarse de la soledad.

Escríbame. Dirija sus cartas a Rina Montalvo, por correo electrónico o por correo ordinario, a la dirección de Prensa Libre, 13 calle 9-31 zona 1. Hay momentos a veces que uno necesita desahogarse y esto se logra al escribir su historia y compartirla con los lectores.

rina.montalvo@gmail.com

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