El caso clásico es el de “una mujer que acaba de perder a su marido”, dijo el doctor Mariell Jessup, especialista en fallas cardíacas por la Universidad de Pensilvania y quien ha tratado muchos casos así.
Cyndy Bizon temía que eso le estaba sucediendo cuando su esposo, Joel, sufrió un infarto cardiaco masivo en el 2005.
“Que Dios trabaje a través de las manos de usted”, le dijo la mujer de Maine al cirujano cuando su esposo era trasladado en camilla a la sala de operaciones.
Posteriormente ella se desmayó en una central de enfermeras a consecuencia del “síndrome del corazón roto” y acabó junto con él en la sala de enfermedades coronarias. Ambos sobrevivieron.
Los médicos japoneses reconocieron este síndrome por primera vez alrededor de 1990 y lo nombraron cardiomiopatía Takotsubo. Las tako tsubo son trampas para pulpos parecidas a la inusual forma que adopta un corazón infartado, similar a una olla.
Ocurre cuando una fuerte impresión, incluso una positiva, como sacarse la lotería, desata una descarga de adrenalina y de otras hormonas de estrés que generan una hinchazón repentina en la principal cámara de bombeo del corazón, la cual deja de trabajar en forma correcta.
En esos casos, los exámenes muestran drásticos cambios en el ritmo y las sustancias sanguíneas típicos de un ataque al corazón, pero ningún bloqueo arterial, los cuales suelen provocarlos. La mayoría de las víctimas se recuperan en cuestión de semanas, pero en pocos casos, alrededor del 1 por ciento, el síndrome resulta letal.
El doctor Abhishek Deshmukh, de la Universidad de Arkansas, había tratado algunos de estos casos.
“Me daba mucha curiosidad saber por qué sólo las mujeres padecían esto” , señaló, así que efectuó el primer estudio amplio del problema y reportó los resultados el miércoles en un congreso de la Asociación Estadounidense del Corazón en Florida.
Valiéndose de una base de datos con información de unos mil hospitales, Deshmukh halló seis mil 229 casos en 2007, de los cuales solo 671 eran de hombres. Tras hacer ajustes para descartar hipertensión, fumar y otros factores que pueden afectar al corazón, las mujeres parecían tener 7.5 veces más probabilidades de padecer el síndrome que los hombres.
Ocurría con una frecuencia tres veces mayor en mujeres que superaban los 55 años que en otras más jóvenes. Y las que tenían menos de 55 eran 9,5 veces más propensas a padecer el síndrome que los hombres de la misma edad.
Nadie sabe la razón, dijo el doctor Abhiram Prasad, cardiólogo de la Clínica Mayo que presentó otras investigaciones sobre este síndrome en el congreso.
“Es el único problema cardíaco en el que hay tal preponderancia femenina” , afirmó.
Una teoría es que las hormonas tienen algo que ver. Otra es que los varones cuentan con más receptores de adrenalina en las células de sus corazones que los que tienen las mujeres, “así que tal vez los hombres pueden manejar mejor el estrés” y la descarga de sustancias químicas que desata, señaló Deshmukh.