Es una fase normal del desarrollo del niño, pero los padres podemos potenciar la confianza y la independencia de nuestro hijo.
Abrirse a los demás: cómo podemos ayudar los padres
¿En casa la pareja se reparte las tareas por igual? Los niños adoran las rutinas y necesitan hacer las cosas todos los días de la misma forma. Si es la madre la que siempre se ha ocupado de cuidar al pequeño, es normal que rechace al padre si de repente, sin previo aviso, pretende “usurpar” el puesto de mamá.
Los niños que desde pequeños están acostumbrados a quedarse tiempo con los abuelos, los tíos… suelen ser más independientes. También pasan por fases de ” enmadramiento”, pero tienen más recursos para superarlas.
Aunque todavía son pequeños para hacer ciertas cosas, si muestran interés por coger el tenedor ellos solitos o vestirse sin ayuda, debemos dejar que lo intenten. De esta forma, irán desarrollando la autonomía que necesitan para ser independientes.
Los niños van aprendiendo a separarse de sus padres. Pero también los padres tienen que aprender a separarse de sus hijos. Si los adultos se toman esa separación con calma, transmitirán tranquilidad y seguridad a sus hijos y todo resultará más fácil.
Como en la guardería, cuando el niño sufre una crisis aguda de “mamitis”, lo mejor es que la separación madre-hijo sea gradual.