La coherencia se puede definir como la relación lógica que hay entre lo que se piensa, se hace y se expresa. Pero pocas veces se ve la relación que tiene esta cualidad con una vida plena y con felicidad.
Aristóteles ya lo decía, para él pensar en felicidad era resultado de la virtud. En pocas palabras era llevar a la acción y a nuestro día a día los valores que hemos elegido. Esta definición es muy distinta a la que suele usarse ahora y espero que este artículo ayude a dar algunas pistas de cómo podemos cultivar genuina felicidad.
En nuestra época es fácil que las personas confundamos felicidad con alegría, confort o satisfacción. Pero ha sido mi experiencia, tanto personal como profesional, que la felicidad fundada en la satisfacción de nuestros gustos o en momentos de alegría y comodidad, es pasajera e insostenible. No solo eso, sino que llega un momento que lo que antes daba satisfacción ahora ya no funciona, o donde antes se disfrutaba de la comodidad ahora hay aburrimiento. En pocas palabras, hemos confundido la felicidad con consumismo.
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La idea de Aristóteles acerca de la felicidad apuntaba a un sentido más duradero, aunque no fuera el más cómodo. Verá, para tener la capacidad de poner en práctica nuestros valores, lo más seguro es que nos toque hacerle frente a las opciones difíciles. Tener las conversaciones incómodas, tomar el camino sin atajos y, sobre todo, ser coherentes con lo que pensamos, decimos y hacemos.
Antes de continuar me gustaría que juguemos con la fantasía un momento. Imaginemos qué tipo de ciudad, de empresa, de colonia, de familia sería posible tener si todos por este año hiciéramos un pacto de coherencia. ¿Qué cosas ya no serían necesarias? ¿De qué cosas podríamos disfrutar más? ¿Cómo nos sentiríamos con nuestro entorno y con nosotros mismos al finalizar este año?
Le voy a compartir algunas de las respuestas que me han dado las personas a las que he acompañado durante su pacto de coherencia. “Me siento más valiente, veo las cosas con menos miedo”, “Confío más en mí, sé que puedo enfrentar cosas difíciles”, “Me veo con más respeto y puedo notar que las demás personas también lo hacen”.
Una vida con menos miedo, más confianza y respeto, es más probable que nos ayude a sentir más felicidad duradera.
¿Cómo iniciar este pacto?
Elija cuáles son los 3 valores por los que quiere tener reconocimiento.
En cada valor, escriba 5 momentos en los que son necesarios.
Para cada momento, escriba una acción que puede tomar.
Obsérvese
Julita Alonso
Empiece con una semana, y al finalizar observe cómo le fue. Mi invitación es a observarnos con curiosidad, no con exigencia. Y recuerde, no estamos solos, si lo quiere probar, me encantaría saber cómo le va.
