Salud y Familia

¿Cómo vestir a los bebés cuando hace frío?

No siempre es fácil elegir la ropita adecuada. Los bebés recién nacidos no pueden regular bien la temperatura corporal, por lo que hay que abrigarles bastante para que no pierdan calor. Los expertos recomiendan, ya que su movilidad es reducida, vestirlos con una prenda de ropa más que los adultos. 

Los cambios bruscos de temperatura son los principales enemigos de los recién nacido cuando llega el invierno. Eso de que haga frío por la mañana y calorcito al mediodía, puede molestar e incluso enfermar al bebé. Muchas veces, al temer que puedan coger frío, se abrigan en exceso y otras veces, viendo el sol que luce desde la ventana, se les abriga poco, según el sitio guiainfantil.com.

No se debe abrigar demasiado al bebé

Ante el pronóstico de un día frío, las mamás suelen enfundarlos en un candoroso y abrigado buzo, pero antes de hacerlo hay que que tener en cuenta cómo vamos a desplazarnos y adónde vamos a ir, ya que no es lo mismo que estemos al aire libre, que vayamos a un centro comercial y salgamos del frío al calor.

Debemos procurar que la temperatura del bebé sea lo más constante posible para evitar que nuestros bebés puedan sufrir las típicas agresiones del frío en su piel como sabañones, sequedad, labios cortados, eczemas, dermatitis, o incluso afecciones por virus.

Debemos considerar, además del defecto de ropa, que también es poco aconsejable el exceso de ropa, ya que el sobrecalentamiento, hace que se sofoquen, suden y se pongan colorados como cangrejos cocidos.

La clave está en elegir la ropita más adecuada para nuestro bebé, previendo las circunstancias de nuestras salidas. Debemos elegir ropita de un tejido que permita transpirar al bebé, y que sea cómoda a la hora de desprendernos de alguna prenda o de cambiarle el pañal, para evitar que acabe como un pollo asado.

Muchos de los catarros se cogen después de haber sudado, cuando el sudor desprendido moja la ropita y queda fría en contacto con la piel, así que para evitarlo lo mejor es observar la temperatura del ambiente en la calle y elegir un horario en el que el sol esté alto, para evitar las temperaturas más extremas del día; adecuar la cantidad de ropa al lugar dónde nos encontremos y controlar la temperatura corporal del pequeño, observando el aspecto de su piel, tocándoles la nuca y el cuello u observando el color de la piel (las manos, a veces están frías, pero no porque tengan frío, sino porque se las chupan).

Es conveniente también que empleemos el plástico del carrito que les protege de la lluvia y el frío, y que seamos previsoras y llevemos siempre en su bolsa de paseo alguna prenda extra: chaquetita, gorrito o guantes por si las inclemencias se presentan de repente, o cambia bruscamente la temperatura cuando deja de darnos la luz del sol.