
Jonathan Menkos Zeissig
NOTAS DE Jonathan Menkos Zeissig
Todas las sociedades están basadas en relatos, es decir, elementos materiales e inmateriales con los que se procura que la mayoría de sus miembros se sientan parte o se adapten a ella. El relato dominante se basa en las ideas de quienes poseen el poder —económico, religioso y político— e impregnan todo con el fin de conservar el estado de las cosas.
Ayer murió de hambre la niña que iba a ser nuestra primera astronauta. La mitad de los niños menores de cinco años padece desnutrición. Hace dos días, su hermana mayor, de 13 años de sobrevivencia y tres de escuela, fue unida forzosamente a un patojo de 17. Él trabajará una tierra prestada y estéril hasta que se le doble la espalda; ella parirá cinco hijos y hará los oficios de la casa el resto de su vida. Nunca serán lo que quisieron: un ingeniero agrónomo y una médica. Antes de que termine este día, 79 niñas y adolescentes quedarán embarazadas, algunas como fruto de una violación, otras como resultado de una cultura conservadora y miope que limita la educación sexual y reproductiva.
Nueva York, septiembre 25, 2018. Señor presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, señores delegados de los 193 Estados miembros, el pueblo de Guatemala les comunica que aquellos que hoy ocupan la mesa asignada a la delegación de Guatemala no nos representan. Quien ocupa el sitial de honor, Jimmy Morales, ha pervertido su mandato constitucional y ha hecho oídos sordos a nuestro clamor por justicia, paz y desarrollo.
La semana pasada, Jimmy Morales, expresó que la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) es “una universidad carísima”. Esta vez su superficialidad y limitada capacidad para tratar la realidad le valió que el Consejo Superior Universitario lo declarara non grato, a él y a Jafeth Cabrera, su vicepresidente y ex rector de la Usac.
Mientras le pone una bandera de Guatemala a su carro; mientras se prepara para portar una antorcha y recorrer con entusiasmo por la Ciudad de Guatemala para celebrar su “independencia”; o mientras canta el himno nacional, vale la pena que medite sobre la crisis política actual, cómo hemos llegado hasta ella y qué haremos para enfrentarla.
El viernes pasado, Jimmy Morales y su camarilla demostraron la intención de regresar al oscuro pasado: despliegue militar por las calles de la Ciudad de Guatemala, asedio a la sede de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), y una conferencia de prensa, rodeado de militares y policías, en la que anunció la decisión de no ampliar el mandato de dicha Comisión, suscribiendo el discurso de los corruptos sobre una “persecución judicial selectiva” y la corrupción de las instituciones de justicia.
Lo sorprendente no es que los médicos estén en huelga, sino que no haya más empleados exigiendo mejoras.
La forma en que se financia un Estado y el monto y destino de los recursos con los que cuenta son un reflejo de los imaginarios económicos y políticos de quienes han ostentado el poder. En su libro El Estado. Pasado, presente, futuro, Bob Jessop señala tres formas para estudiar la austeridad.
Las tendencias económicas, sociales y políticas de Guatemala no son nada halagüeñas. Por un lado, hay una creciente población en edad de trabajar, con poca educación, y pocas oportunidades de empleo, que pervive —desesperada y precariamente— en medio de un contexto de violencia y marginación social y económica. Por otro lado, la protección de las personas frente a la pobreza, el hambre o la enfermedad es tan mínima como desigual.
En los últimos meses ha habido en los medios de comunicación “analistas” que irresponsablemente han asegurado que la lucha contra la corrupción está teniendo un impacto dañino sobre la economía. De hecho, durante la visita a Guatemala del vicepresidente de los Estados Unidos, a finales de junio, estos analistas intensificaron su aparición en medios, asegurando que la economía está deshecha por los esfuerzos anticorrupción, y lo único que aumenta en estas circunstancias es la migración.