El 60% de Salcajá trabaja en producción de hilo y no cuentan con licencia para operar

La contaminación del río Samalá, es achacada por vecinos a 30 tintorerías de hilo de Quetzaltenango que carecen de plantas de tratamiento, por lo que el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) pidió a varias de esas empresas que presenten la licencia ambiental y un memorial que acredite la legalidad para operar.

El río Samalá recibe contaminación por aguas servidas de textileras artesanales de Salcajá. (Foto Prensa Libre: Carlos Ventura)
El río Samalá recibe contaminación por aguas servidas de textileras artesanales de Salcajá. (Foto Prensa Libre: Carlos Ventura)

Leonel Estrada, técnico del Marn, indicó que las denuncias, presentadas el año pasado, fueron contra 30 tintorerías artesanales; sin embargo, se evaluaron 14 y siete fueron notificadas recientemente por no contar con la papelería respectiva, entre esta, la licencia ambiental, por lo que se les brindó un plazo para que la presentaran.


“La denuncia de los vecinos indica que los pequeños empresarios, luego de trabajar los tintes, desechan los químicos en el río, pues no cuentan con plantas de tratamiento de aguas en sus hogares”, explicó.

Estrada afirmó que más del 60 por ciento de la población de Salcajá trabaja en la producción de hilo y no cuentan con licencia para operar.

Propietarios de esos negocios expresaron que desde hace años trabajan en esa actividad de manera artesanal y nunca les habían exigido esos requisitos.

José Alvarado, productor de hilos, manifestó que no está de acuerdo con las exigencias del Marn, ya que durante años han trabajado en el tinte de hilos para la producción de telas típicas, sin tener que llenar requisitos ni presentar documentación alguna. 

Añadió que la acción del Ministerio perjudica su economía, ya que la advertencia es que si no cuentan con los documentos será clausurado el negocio.

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“La tintorería tiene más de 80 años y ahora nos vienen a exigir documentos, cuando mi abuelo, mi papá y yo hemos trabajado así toda la vida. El Ministerio debería ser accesible, porque nadie tiene licencia ambiental. Además, piden plantas de tratamiento y resulta caro, y lo que se gana en los hilos es poco”, señaló.

Floridalma Morales, propietaria de otra tintorería, explicó que carece del estudio de impacto ambiental, ya que durante 20 años no se lo habían exigido.

Aseguró que ella ha cuidado que el agua contaminada no llegue al río Samalá, ya que en su casa cuida que las sustancias no se vayan por el desagüe.

“Yo no voy a presentar ningún documento porque no lo tengo. Además, considero que la acción debería ser para todos, porque la mayoría de salcajenses nos dedicamos a la producción y teñido de hilos, pero es injusto que solo a pocos nos pidan esa documentación”, resaltó.


Acciones

Giovani Estrada, coordinador de la Oficina Municipal de Ambiente de Salcajá, informó que la mayor parte de los tintoreros son de San Andrés Xecul, Totonicapán, y trabajan de forma irregular.

Explicó que entre las acciones de la comuna está la construcción de dos plantas de tratamiento de aguas residuales, y como requisito, la industria textilera deberá también tenerlas para poder verter el agua tratada al sistema de drenajes y evitar la contaminación del río.

Se constató que las aguas servidas del municipio que llegan al Samalá contienen  productos químicos con metales pesados y cromo hexavalente, que limita el oxígeno que debe tener el agua, añadió Estrada.

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