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Analistas anticipan violencia política en el 2026, luego de agresión contra alcalde de Masagua

La agresión contra el alcalde de Masagua, Escuintla, Nelson Marroquín, ocurrida la noche del sábado 6 de diciembre, perfila un posible proceso de violencia política para el periodo 2026-2027, aseguran especialistas.

El clima político en Guatemala evidencia una anticipada campaña con focos de violencia física, y a futuro podrían surgir más hechos, según la apreciación de los analistas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El clima político en Guatemala evidencia una anticipada campaña con focos de violencia física, y a futuro podrían surgir más hechos, según la apreciación de los analistas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El clima político en Guatemala evidencia una anticipada campaña con focos de violencia física, y a futuro podrían surgir más hechos, según la apreciación de los analistas Renzo Rosal y Ricardo Flores.

La agresión contra Marroquín tiene características que hacen pensar que ya se entró en el periodo preelectoral, coinciden los expertos en política y en seguridad ciudadana.

Violencia política ya comenzó"

Para Renzo Rosal, la violencia política, en general, tiene como propósitos la intimidación, sacar de la contienda a quien es son considerados opositores, enemigos u obstáculos para el ejercicio del poder. Estas son, según explicó, algunas de sus características principales.

Explicó que, desde el enfoque más clásico, existen dos manifestaciones: la violencia física, cuyo objetivo es la eliminación o al menos el amedrentamiento de los opositores mediante el uso de la fuerza, y la violencia psicológica, que parte de la intimidación, la agresión y, en la actualidad, del uso de redes sociales y la desinformación. Esta última busca afectar el componente emocional de las personas, los grupos y las organizaciones.

“Se adelantó o sí se avanzó en la violencia política en el país”, remarcó.

Por su parte, Ricardo Flores indicó que los asesinatos de funcionarios públicos se han considerado violencia política; sin embargo, advirtió que, en varios casos, debe tomarse en cuenta el perfil de las víctimas o de quienes han sido señalados por esos hechos.

“Muchos de ellos han contado con antecedentes de vínculos directos o indirectos con el narcotráfico o la corrupción”, precisó.

Recordó que las actividades asociadas al narcotráfico han buscado, desde hace años, espacios políticos dentro de los partidos, lo cual les permite tener control territorial o influir en autoridades, principalmente del área de seguridad.

La llamada violencia política, de fondo, puede responder a intereses o venganzas del crimen organizado.

Gana terreno

Rosal asegura que la violencia política, lamentablemente, es una tendencia que ha estado presente en el país desde el cese formal del conflicto armado interno. Desde los Acuerdos de Paz, ha persistido año con año.

Sin embargo, en los últimos tiempos se ha registrado un repunte, especialmente cuando instituciones del propio Estado —en particular, del sistema judicial— promueven, incentivan directa o indirectamente, y utilizan el recurso de la violencia política.

En ese contexto, explicó que durante los años del conflicto armado el instrumento por excelencia fue el Ejército. Hoy, el uso de la violencia política adquiere un componente peligroso y profundo.

Los otros promotores de la violencia política, agregó, son los actores criminales. En el caso del atentado contra el alcalde de Masagua, comentó que este participaba en una actividad navideña, lo que evidencia cómo el ámbito local —especialmente los alcaldes y miembros de corporaciones municipales— se ha visto envuelto, ya sea por vínculos con actividades ilícitas o por amenazas de redes criminales de la región.

La violencia política, en general, tiene como propósitos la intimidación, sacar de la contienda a quienes son considerados opositores, enemigos u obstáculos para el ejercicio del poder.

“Esto se va a incrementar en la medida en que se acerquen no solo los procesos del 2026, sino también las elecciones del 2027”, reiteró.

A ese respecto, señaló que debe existir voluntad e interés en el uso de recursos, sobre todo en inteligencia civil, a cargo del Ministerio de Gobernación (Mingob) y sus dependencias, como la Policía Nacional Civil.

Agregó que otras secretarías de Estado vinculadas con inteligencia estratégica también deben involucrarse.

"El político nato no es sanguinario"

En cuanto a lo que podría esperarse a futuro respecto de la violencia política, Flores agregó que se prevé un incremento aún mayor al ya observado, derivado del aumento de candidaturas de personas señaladas o vinculadas al crimen organizado y al financiamiento ilícito.

“El enfoque es que sí hay violencia política, pero esta responde al tipo de funcionarios que ocupan diputaciones o alcaldías, ya sea en funciones o con aspiraciones. Muchos provienen de actividades ligadas al crimen organizado. El político nato no es sanguinario; los nuevos políticos con vínculos criminales sí lo son”, comentó el consultor en seguridad.

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