Economía

¿Si fueras un héroe, cuál sería tu súper poder?

Para la selección de nuestro súper poder, hay que considerar el análisis de recursos materiales e intangibles con los que se cuenta, análisis de actividades que nos generan gusto y las que no.

La pregunta que están haciendo en muchos procesos de reclutamiento y selección de personal me gusta mucho. Más que preguntar sobre experiencia y estudios —datos que de todas maneras vienen reflejados en el curriculum vitae—, se está indagando sobre la profundidad del candidato. El juego es curioso: se apela a una situación fantástica para lanzar un anzuelo en el que vamos a obtener muchos datos y uno específico, una seña de identidad. Se busca conocer cómo se ve el candidato a sí mismo y ver si esa visión es compatible con la empresa o no.

Es interesante, ya que tanto la forma de respuesta, la inmediatez con la que se contesta, la seguridad con la que se elige el súper poder tiene una incidencia directa. Nos refleja la personalidad del candidato y la forma en la que se conoce a sí mismo y si se mira con cuidado, podemos entender hasta los puntos ciegos que tiene sobre sí mismo esta persona. Para entender cuál es nuestro súper poder, tenemos que saber quiénes somos. El súper poder nos va a poner sobre la mesa las posibilidades en positivo que tenemos y también los aspectos negativos que albergamos.

Efectivamente, los seres humanos somos personajes redondos. Estamos compuestos por cualidades y defectos. Una persona que es analítica puede no tener respuestas de bote pronto, preferirá tener tiempo antes de emitir una opinión, será poco arriesgado. Una persona con personalidad emprendedora, querrá echar adelante un proyecto y puede dejar de justipreciar algunas variables de riesgo.

Un súper poder es una herramienta que ayuda para identificar y contrastar fortalezas y debilidades, contra las oportunidades y amenazas que depara el mercado, la vida personal y el terreno profesional. Es la base de diagnóstico que podemos utilizar para definir objetivos realistas y diseñar estrategias competitivas para alcanzarlos. Se trata de ponernos frente al espejo y conocernos bien. También, tiene que ver con elegir y cultivar aquellos aspectos del súper poder que nos ayudan y controlar esa parte que no es tan gloriosa. En fin, se trata de contemplar y analizar.

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Este tipo de análisis representa un esfuerzo para examinar la interacción entre las características particulares del candidato o de nosotros mismos y el entorno en el cual se compite o competirá. El conocimiento de nuestro súper poder tiene múltiples aplicaciones y puede ser usado por a diferentes niveles tanto personal, profesional y corporativo. Si te preguntaran en este momento, ¿cuál es tu súper poder, ¿qué contestarías?

Me parece pertinente resaltar que el análisis debe no enfocarse solamente hacia los factores claves para el éxito de su negocio, sino que debe resaltar las fortalezas y las debilidades diferenciales al comparar de manera objetiva y realista con las oportunidades y amenazas claves del entorno.

Este análisis consta de dos partes: una interna y otra externa. La primera, tiene que ver con las fortalezas y las debilidades de uno mismo, aspectos sobre los cuales tienes algún grado de control, las características que son naturales e inherentes a la persona, que brotan en forma fácil sin preparación. La segunda, contempla las oportunidades que ofrece el entorno a personas que tienen estas características y las amenazas que debe enfrentar en el mercado seleccionado. Una persona tímida puede hacer de la timidez su súper poder si entiende las ventajas de ser reservado. Al entenderlo, se gana la posibilidad de desarrollar toda su capacidad y habilidad para aprovechar esas oportunidades y para minimizar o anular esas amenazas, circunstancias sobre las cuales tienes poco o ningún control directo.

Para la selección de nuestro súper poder, hay que  considerar el análisis de recursos materiales e intangibles con los que se cuenta, análisis de actividades que nos generan gusto y las que no como interacciones, recursos gerenciales, generación de planes estratégicos, creatividad, analizar los riesgos con relación a los recursos y a las actividades que tendremos que realizar, análisis de portafolio, es decir, la contribución consolidada de las diferentes actividades que podemos llevar a cabo a partir de esta característica elegida.

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Tenemos que ser cuidadosos, Superman, el último superviviente de Krypton, es sin lugar a dudas, uno de los superhéroes más poderosos jamás creados y un icono de la cultura popular. Entre sus poderes se cuenta la súper fuerza, invulnerabilidad, la capacidad de volar, visión calorífica, el aliento helado y más. Son habilidades sin parangón que, lo llevaron a ser conocido como Hombre de Acero. Sin embargo, la criptonita es su gran debilidad.

Con el paso del tiempo, Superman ha adquirido otros poderes. Algunos son raros, otros algo inútiles, por eso debemos tener mucho cuidado al elegir el nuestro. Por ejemplo, Superman estrenó un nuevo superpoder, la explosión solar, que permitía al súperhombre lanzar energía similar a la de la visión calorífica, pero desde cada célula de su cuerpo. Por supuesto, este atributo ya no sabemos si nos gusta o nos da miedo.

La pregunta sobre nuestro súper poder en una forma mucho más sutil que la anticuada forma de preguntar directamente por los defectos de un candidato. En aquellas épocas, los aspirantes a una posición hacían dos cosas: o se retrotraían y ahí acababa la entrevista o se descosían y terminaban dándole al entrevistador material suficiente para mandarlo a terapia por años. Cuidado, la reflexión que hacemos para nosotros mismos es para ayudarnos a entrar en el interesante territorio de nosotros mismos. Pero, darle la llave a cualquiera, es sumamente peligroso.

Hablar de nosotros mismos requiere de tranquilidad y de observación. Tenemos que estar preparados para contestar sobre nuestro súper poder, no nada más para hacerle entender al resto del mundo cómo somos, sino para clarificarnos. Es conocer nuestras características internas y externas para ponerlas a trabajar a nuestro favor. La persona no existe ni puede existir fuera de un entorno que le rodea. Así que descubrir nuestro punto fuerte, nuestro súper poder, permite fijar las oportunidades y amenazas que el contexto puede presentar en una organización o en la cotidianidad. El proceso para determinar esas oportunidades o amenazas se puede realizar estableciendo los principales hechos o acontecimientos del ambiente que tiene o podrían tener alguna relación.

De esta combinación de fortalezas con oportunidades surgen las potencialidades, las cuales señalan las líneas de acción más prometedoras. Las limitaciones, determinadas por una combinación de debilidades y amenazas, colocan una seria advertencia. Por eso, estimar cuál es nuestro poder, es una buena idea.

* En alianza con Forbes México y Centroamérica, artículo de Cecilia Durán Mena.

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