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Bicicletas robadas: Los inquietantes testimonios que evidencian que el problema aumenta en Guatemala

Desde enero de 2018 a la fecha, la PNC ha recibido 37 denuncias por robo de bicicletas mientras que la Policía Municipal menciona que no ha recibido ninguna denuncia de casos similares.

Ciclistas denuncian que los asaltos a mano armada en la ciudad y en la montaña van en incremento. Foto Prensa Libre: Kenneth Cruz.

Ciclistas denuncian que los asaltos a mano armada en la ciudad y en la montaña van en incremento. Foto Prensa Libre: Kenneth Cruz.

Era un domingo de febrero de 2017. La mañana estaba fría, pero al grupo de ocho ciclistas no les preocupaba el clima porque sabían que, a los minutos de pedalear, ya tendrían el calor suficiente para continuar con su travesía.

El punto de reunión fue en San Lucas, Sacatepéquez. A las siete horas los seis adultos y el menor de 12 años salieron en sus bicicletas montañesas hacia un lugar llamado La Finada, tomaron un desvío hacia una vereda, entraron por el lado de El Hato y siguieron adentrándose en la montaña.

Estaban subiendo la vereda, cuando el cansancio los encontró junto a dos hombres que caminaban, no tenían nada más que un morral.

“Cuando levanté la mirada, ya habían dos hombres adelante y dos atrás. Sacaron las armas, nos bajaron de la bicicleta y nos hicieron caminar hacia un plano que había adelante. Allí nos sentaron y nos empezaron a bolsear”, recuerda Ramiro Jicha, uno de los ciclistas asaltados.

—Cada quien va a agarrar su bicicleta, nos vamos a ir a otro lado y cuidado al que decida subirse a la bicicleta porque lo matamos—, les dijo uno de los desconocidos.

Jicha cuenta que los hicieron caminar por veredas angostas, les dijeron que llamarían a sus familiares para saber cuánto dinero estarían dispuestos a pagar por cada uno de ellos mientras una persona se llevaba las bicicletas hacia otro lugar.

Quisieron negociar. Los ciclistas les ofrecieron ir a un cajero y darles todo el dinero que tenían en sus cuentas si les dejaban las bicicletas. Los asaltantes accedieron a cambio de dejarles como garantía al niño de 12 años.

Pero dejar al menor solo con los delincuentes no era punto de discusión, la negociación se vino abajo.

Pasaron tres horas y decidieron liberarlos. Les ordenaron caminar montaña abajo sin voltear a ver hacia atrás y así sucedió. “Caminamos 10 minutos y llegamos a Hobbitenango. El encargado nos vio y nos preguntó qué hacíamos allí. Estábamos muy asustados”, dice Jicha.

Esto sucedió hace dos años, los ciclistas pusieron la denuncia en el Ministerio Público y en la Policía Nacional Civil (PNC); sin embargo, nada pasó.

“Cada cierto tiempo llamábamos para saber cómo había avanzado la investigación, pero nos decían que no habían hecho ninguna captura. Los mismos policías nos comentaban que se trataba de una banda de Sumpango bien organizada”, menciona el entrevistado.

Asaltos en la montaña, en la ciudad y en carretera

Los robos de bicicletas ya no son casos aislados. Ahora se trata de un tema de preocupación y constante conversación entre los diferentes grupos de ciclistas que existen en el país.

Las personas que gustan andar en bicicleta por hobby, transporte o deporte mantienen comunicación en diferentes grupos de Facebook. Incluso, hay varias páginas creadas exclusivamente para denunciar los robos, donde casi a diario se postean las fotografías con las características de las bicicletas.

“Hay varios senderos que se dejaron de usar por temor. Antes los asaltos no eran tan violentos ni tan organizados, ahora ya nadie quiere ir a ciertas montañas porque se saben que ahí asaltan”, dijo Jicha.

Uno de los casos que más alertó a quienes hacen bicicleta de montaña, fue la muerte en un asalto frustrado de José León Díaz Granillo, expresidente de la Asociación Guatemalteca de Ciclismo de Montaña, mientras hacía deporte en una finca privada en zona 16.

Lee la historia completa: Muerte de ciclista en asalto frustrado alarma al gremio

Stuart Rodríguez, presidente de la Federación de Ciclismo de Guatemala, menciona que también han sido víctimas de estos hechos cuando van en carretera.

“Cuando vamos en ruta ha pasado. Sabemos de asaltos en la Vuelta al Lago de Amatitlán, en carretera a Palín y en Fraijanes. Este año ha habido como tres o cuatro casos, pero en años anteriores hemos sabido de más”, dice.

Rodríguez cuenta que las personas aprovechan cuando el ciclista se separa del grupo o se detiene a descansar.

Herbert Lorenzana es un joven que utiliza la bicicleta como medio de transporte. Cuenta que el 14 de noviembre pedaleaba sobre la 7a. avenida de la zona 4, cerca de la pasarela que conecta el edificio de la Municipalidad con el Banco de Guatemala.

Eran las 13 horas,  aproximadamente, cuando dos hombres armados que iban en una motocicleta roja lo emboscaron en plena marcha.

“Uno agarró la bicicleta y se fue pedaleando y el otro lo siguió en la moto”, comentó.

Lorenzana dijo que un policía municipal estaba cerca del lugar; además, por la hora había gente transitando. Sin embargo, nadie hizo nada y el agente municipal le recomendó pedir los videos de seguridad que hasta el momento no le han dado.

Diferentes modalidades

Los robos de bicicletas suceden en dos modalidades.

Una de ellas es cuando las personas van en marcha, ya sea en ruta o en montaña y son emboscados por delincuentes que van armados. También existe el hurto cuando las bicicletas están parqueadas en lugares públicos y/o privados.

Los usuarios también han denunciado el robo cuando las bicicletas se encuentran colgadas en un rack, fuera del vehículo, ya sea que el carro esté estacionado o en tránsito.

Pero, ¿a que se debe el creciente interés por estos vehículos?

El presidente de la Federación de Ciclismo, cuenta que muchas de las bicicletas robadas son de alta gama y su precio puede elevarse más de lo que podría costar un carro.

“Son muy caras, una buena bicicleta de una Vuelta a Guatemala oscila entre US$4 mil hasta más. Estas son de fibra de carbono y con piezas muy especiales. Ellos saben eso, están enterados y saben que vamos indefensos, solo con un casco y dos guantes”, dice.

Las bicicletas de montaña también son caras. El precio promedio es de Q5 mil y si está hecha a la medida del usuario puede costar hasta Q40 mil. Por estas mismas características, son fáciles de reconocer y pocas veces existen dos iguales, no las venden en las tiendas especializadas y son mandadas a traer del extranjero.

Aunque las denuncias por estos hechos son constantes, la PNC reporta que el número de bicicletas robadas ha disminuido este año a comparación del año anterior.

Según las denuncias recibidas por la PNC, 22 bicicletas fueron robadas en 2018 y 15 han sido robadas en lo que va de este 2019.

Por otro lado, el director de Comunicación de Emetra, Amílcar Montejo, menciona que ellos no han recibido ni una sola denuncia.

“Para nosotros es un tema de importancia, pero no hemos recibido ninguna denuncia”, dice Montejo, quien a la vez pide a los afectados denunciar para que la información llegue a las autoridades municipales.

¿Qué hacen con las bicicletas?

El domingo 24 de noviembre de 2019 otros dos ciclistas fueron asaltados por dos desconocidos que iban armados. Esto sucedió en Sausalito, Fraijanes, en un sendero utilizado con frecuencia por los apasionados del ciclismo de montaña.

La víctima pidió que no se publicara su nombre por miedo a represalias, pero dijo que después del hecho, puso una denuncia en el Ministerio Público y en las redes sociales con las fotografías y características de su bicicleta.

Una semana después le informaron que su bicicleta, que tenía un costo de Q30 mil, la estaban vendiendo en una casa de empeño en zona 2 de la ciudad de Guatemala a un precio de Q13 mil.

“La fuimos a reconocer, tomamos fotos, verificamos número de chasis y llegó la PNC, pero no se puede recuperar sin orden judicial y con todo lo burocrático no podemos hacer nada”, contó.

(Foto Prensa Libre: captura de pantalla)

Según compartió otro usuario que también pidió guardar su identidad, han detectado que las bicicletas robadas las venden en distintas casas de empeño, en los mercados San Martín y El Guarda y en algunos casos han escuchado que se las llevan hacia El Salvador.

José Cuyán, propietario de la tienda Bicipartes Alex, que se dedica a la reparación y venta de bicicletas usadas, explicó que la regla número uno para dedicarse al negocio es exigir la factura de compra cuando una persona llega a ofrecer en venta una bicicleta.

“Yo traigo las bicicletas en camiones que vienen desde Estados Unidos y cada bicicleta tiene su factura que está bajo control de la contadora. La policía me ha parado pero nunca me ha pasado nada porque siempre muestro las facturas”, dice.

Cuyán explica que tener la factura también sirve en caso de robo ya que sirve de respaldo para el propietario.

El número de chasis de las bicicletas generalmente se puede encontrar en la parte de abajo de los pedales. Foto Prensa Libre: Kenneth Cruz.

 

“La factura debe tener siempre el color de la bicicleta, la marca y el número de chasis. Este número es único para cada bicicleta y se encuentra en el marco, debajo de los pedales o en la parte frontal”, agregó.

¿Qué hacer para evitar que los robos sigan ocurriendo? Todos los entrevistados coincidieron en que no se deben comprar artículos robados. “Hay quienes se emocionan porque en una tienda, una bicicleta nueva te puede costar más de Q5 mil, pero en el mercado o en una de esas tiendas de empeño te las dan a Q1 mil o menos, pero no hay que comprarlas”, recomendó Cuyán.

 

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