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Informe Unfpa revela que la salud de las mujeres se ve más afectada por desbalance social

Guatemala se ubica entre los cinco países de Latinoamérica con una diferencia “máxima” en la igualdad de género, lo cual significa que existe una brecha todavía muy ancha entre las oportunidades y accesos para hombres y para mujeres,  según el informe sobre el Estado de la Población Mundial que  publicará hoy   el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

Las madres jóvenes de Guatemala tienen poca oportunidad de recibir información sobre  métodos de planificación familiar. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las madres jóvenes de Guatemala tienen poca oportunidad de recibir información sobre  métodos de planificación familiar. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El documento, titulado Mundos Aparte, revela que las desigualdades de género, pero también las económicas, académicas y laborales, influyen en la salud y los derechos reproductivos de las mujeres, por lo que insta a un cambio estructural en los países, sobre todo los que están en vías de desarrollo como Guatemala.


También se indica que Guatemala se encuentra entre las 14 naciones con “diferencias máximas” acerca del derecho laboral, penal y de familia, y entre las cinco con “desigualdades máximas” en las diferencias salariales, en lo que se refiere a género.

No es solo dinero

El estudio del Unfpa cita que la desigualdad se considera, por lo general, como una distribución desequilibrada de la riqueza o los ingresos, pero  se trata de un fenómeno más complejo y que tiene múltiples facetas, como racial, de género, origen étnico y el área de residencia.

El documento, que analiza la situación de las mujeres y su acceso a la salud en 179 países, indica que en las naciones donde las diferencias son más grandes,  la salud sexual y reproductiva no es accesible a todas las mujeres, en especial a quienes viven en el área rural.

“En los países en desarrollo, las mujeres pobres, con ingresos  del  20 por ciento más bajo de la escala, y en especial las que viven en zonas rurales, tienen menos probabilidades de disfrutar de accesos a anticonceptivos o atención de salud durante el embarazo y el parto que las mujeres con más ingresos de las zonas urbanas”, señala el análisis.

De acuerdo con el estudio, las adolescentes que viven en el 20 por ciento de los hogares más pobres tienen una tasa de fecundidad casi tres veces superior a la de las jóvenes de la misma edad que viven en el 20 por ciento de la población más rica.

Mientras,  el número de partos en adolescentes que viven en zonas rurales es el doble del que se registra entre las   que viven en zonas urbanas.

círculo de pobreza

El Unfpa refiere que las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos tienen consecuencias en varias esferas de la vida, desde la individual hasta la nacional.

Agrega que una mujer sin acceso a educación tiene muy pocas posibilidades de acceder a métodos anticonceptivos y de ser capaz de tomar decisiones sobre su embarazo, lo que la mantendrá en un círculo de pobreza, y también afirma que “cuando son millones de mujeres las que hacen frente a privaciones similares, el precio que pagan las sociedades y las economías en  conjunto es aún más elevado”.

Las desigualdades en el ámbito laboral y salarial en la mayoría de países del planeta son reflejo de  la disparidad en   salud, derechos sexuales y reproductivos, que al mismo tiempo refuerzan esas diferencias, destaca el estudio.

 Situación no mejora

Aunque la desigualdad ha comenzado a disminuir entre países, en algunos de ellos esta se agrava, advierte El Estado de la Población Mundial.

“En al menos 34  países, donde los ingresos del 60 por ciento  de la población más rica experimentó una subida más rápida que los del 40 por ciento más pobre, las brechas aumentaron entre el 2008 y el 2013”, destaca el informe.

Otro aspecto que empeora en algunos países es la  dimensión de género, según el documento, que “está correlacionada, en gran medida, con la desigualdad económica, aunque hay factores como el acceso desigual a  servicios de salud sexual y reproductiva”.

Babatunde Osotimehin, delegado de la ONU

Mujeres deben ejercer derechos

“La reducción de las disparidades que afectan a las mujeres y niñas en ámbitos como el de los ingresos, la educación y el empleo  dependerá en gran medida de que se les facilite el  ejercicio pleno de sus derechos reproductivos”.

irna Montenegro, directora del Osar

Informe debe ser una guía

“El informe de Unfpa se debería utilizar para trazar políticas públicas que atiendan esas desigualdades. Se han creado programas para cerrar brechas, pero el tema de la planificación familiar no es una prioridad en los objetivos del Estado”.

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