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Libro vincula a exdictador dominicano Trujillo con muerte de Castillo Armas

El dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó la República Dominicana con mano de hierro entre 1930 y 1961, ordenó el asesinato del presidente guatemalteco Carlos Castillo Armas en julio de 1957, según un libro del escritor y político dominicano Tony Raful, que se presenta este martes. 

Carlos Castillo Armas, presidente de Guatemala de 1954 a 1957. (Foto: Hemeroteca PL)

Carlos Castillo Armas, presidente de Guatemala de 1954 a 1957. (Foto: Hemeroteca PL)

Se trata de la obra La Rapsodia del Crimen, Trujillo versus Castillo Armas, que verá la luz este martes tras una “minuciosa investigación”, explicó Tony Raful, Premio Nacional de Literatura, exministro de Cultura y elegido el mes pasado presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacén).


De acuerdo con el escritor, Trujillo ordenó el magnicidio de Castillo Armas (presidente: 1954-1957), asesinado la noche del 26 de julio de 1957 en la casa Presidencial, “no por razones políticas ni ideológicas, sino por razones emocionales”.

El dictador dominicano ayudó “con armas y dinero” al entonces coronel guatemalteco Castillo Armas en el derrocamiento del Gobierno de Jacobo Árbenz en 1954, víctima de una operación encubierta de la CIA.

Una vez Castillo Armas ascendió al poder, Trujillo le exigió que lo condecorara con la Orden de Quetzal, que le organizara un recibimiento multitudinario en Guatemala y le entregara varios exiliados dominicanos enemigos del régimen, a lo que este se negó.


En venganza, Trujillo urdió un plan y envió a Guatemala como agregado militar de su gobierno al siniestro jefe de la policía secreta Johnny Abbes, quien junto a un ala del Ejército guatemalteco, llevaron a cabo el magnicidio.

Así lo asegura Tony Raful en su obra, fruto de una investigación “completa, minuciosa y sustentada en elementos probatorios, inequívocos”, según dijo en sus declaraciones.

El asesinato, explicó el político y escritor dominicano, no ha sido sancionado porque “todas las pruebas comprometedoras fueron borradas por el oro corruptor” de Trujillo, ajusticiado por un grupo de dominicanos el 30 de mayo de 1961.