capital humano
Programadores junior: qué son y cómo formar hasta 4 mil graduados al año en Guatemala
Expertos llaman a facilitar un ecosistema de especialización tecnológica para jóvenes, con fondos público-privados enfocado en carreras técnicas.
De acuerdo con el sector privado, no se están capacitando suficientes técnicos programadores para la demanda laboral en Guatemala. (Foto: Prensa Libre: Freepik)
Cada vez más se plantea la necesidad de capacitar a un mayor número de jóvenes en tecnología, como una ruta urgente para acelerar el desarrollo económico y social del país. Uno de estos caminos es ampliar las oportunidades de formación de programadores junior, una competencia que les acercará a mejores ofertas laborales y, a su vez, dará respuesta a la actual demanda del mercado tecnológico en el país.
Según el portal de la Universidad InterNaciones de Guatemala, un programador junior “es un profesional en las primeras etapas de su carrera en desarrollo de software, que van desde meses hasta los tres años de experiencia” y “posee conocimientos fundamentales de al menos un lenguaje de programación (ej.: JavaScript, Python), entiende bases de datos, estructuras de datos, conceptos básicos de frontend y backend”.
El estudio "Brechas de Talento 2023-2024", de Fundesa, planteó la meta de impulsar la creación de 2.5 millones de empleos para el 2030. Uno de los pilares de este crecimiento en capital humano es el sector BPO (centros de llamadas) y Tecnología (ITOs). En el 2021, como primer paso, se trazó el objetivo de capacitar a 90 mil jóvenes en idioma inglés. El siguiente fue atender la demanda potencial en habilidades avanzadas en tecnología y programación. El objetivo: preparar a un promedio de 20 mil jóvenes en un plazo de cinco años para cubrir 10 mil empleos, de acuerdo con el diagnóstico de McKinsey para Guatemala No Se Detiene, proyecto que agrupa a 12 instituciones, entre gobierno, sector privado y academia.
Lograrlo representaría capacitar a cerca de cuatro mil personas cada año. Para ello se planteó la creación de programas intensivos de entrenamiento —bootcamps— para graduados de diversificado. Esto se lograría a través de una estrategia de becas de inversión, con un costo promedio de US$2 mil a US$3 mil por persona, con una recuperación a 18 meses plazo, en programas que van desde cinco meses hasta un año, explica Ligia Chinchilla, directora de la Mesa de Capital Humano de Guatemala No Se Detiene. “No estamos capacitando suficientes, hay variedad de cursos, pero no son una carrera”, puntualiza.
Sin embargo, hasta el 2025 la meta está distante y la realidad, limitada. Al sumar las distintas escuelas tecnológicas consultadas, la cifra promedio de graduados cada año se estima en poco más de mil jóvenes, aunque se carece de un dato consolidado a nivel nacional.
Expertos consultados coinciden en la necesidad de enlazar la formación académica digital con la industria y el Estado, para cooperar en una ruta estratégica que permita cerrar esta brecha. Lograrlo requeriría más financiamiento en becas, tanto del sector público como del privado. A continuación, un esbozo de los principales desafíos y sus soluciones.
¿En qué puede trabajar un programador junior?
- Soporte Técnico
Atiende incidencias de hardware y software, instala y mantiene equipos, da asistencia a usuarios.
- Frontend Developer
Diseña e implementa interfaces de usuario en sitios y apps web, usando HTML, CSS y JavaScript.
- Backend Developer
Desarrolla la lógica del servidor y bases de datos que soportan aplicaciones.
- Web Developer
Construye sitios web completos (front y back básicos), administra hosting y mantenimiento.
- Mobile Developer
Crea aplicaciones para Android o iOS con lenguajes como Kotlin, Swift o frameworks híbridos.
- Analista Programador (Junior/Middle)
Apoya en análisis de requerimientos y desarrolla software básico; combina programación con documentación.
- Automation Specialist
Configura scripts y herramientas para automatizar tareas de pruebas, procesos de negocio o infraestructura.
Fuentes: CompTIA (2023), Coursera/IBM (2024), Udacity (2024), Gartner (2023), Bureau of Labor Statistics – BLS (2023), LinkedIn Learning (2024), Randstad (2023), McKinsey (2023).
Potencial educativo
De acuerdo con el Ministerio de Educación, en el 2024 se graduaron, a nivel nacional, un promedio de 156 mil jóvenes. Pero no todos logran empleo con facilidad. Se estima que más de 70 mil graduados de nivel diversificado no culminan una carrera universitaria, entre otras razones, por barreras de financiamiento y la duración de los programas, según el estudio Mercado laboral en Guatemala, situación y perspectivas (2025).
Uno de los grandes desafíos es que las preferencias de capacitación y becas para la mayoría de jóvenes todavía van en sentido inverso. Lo demuestra una gráfica de Intecap, en la que la operación de computadoras tuvo el último lugar en número de postulantes; en contraposición con las tres principales preferencias: técnico automotriz, cocinero internacional y cultora de belleza.
En contraste, los expertos consultados coinciden en que una de las ventajas de los programas intensivos en tecnología es el alto potencial, con una relación positiva costo-eficiencia, pues estas carreras —ITOs— se posicionan hoy con mejores salarios. Algunas de las instituciones que ofrecen programas de formación en el área son: Municipalidad de Guatemala (MuniTec), Fundación Kinal, Fundación Génesis Empresarial, Level Up, Codezilla e Intecap, entre otras.
El salto laboral
Desde el 2022, la Fundación Génesis Empresarial y SISAP-IRSI impulsan un modelo educativo gratuito para formar programadores junior. El curso intensivo de cinco meses ha graduado a 43 jóvenes en tres años. Los estudiantes deben tener título diversificado y el compromiso de aprender.
En el camino se han encontrado muchas historias de jóvenes del norte y occidente del país que tienen el deseo de aprender, pero enfrentan enormes limitaciones. “Desde problemas de electricidad en su casa, vulnerabilidades, obligaciones laborales y familiares”, comenta Thelma Ramírez, gerente de Comunicación Corporativa.
Adela Sagastume, gerente de Desempeño Social y Asuntos Corporativos, destaca que el programa rompe con el paradigma tradicional universitario, mediante un modelo innovador de aprendizaje. “La escuela tradicional implica universidad completa, pero los chicos necesitan generar ingresos pronto. Por eso, algunos de nuestros becados experimentan un salto cualitativo en oportunidades laborales y el deseo de continuar su aprendizaje, sea en forma autodidacta o con estudios superiores”, asegura.
Sectores emergentes
La Fundación Kinal, por su parte, graduó en el 2024 a 332 estudiantes en carreras técnicas, incluidos 125 en informática y 27 en electrónica en computación, todos con algún tipo de beca, según su Memoria de Labores. Su enfoque incluye el uso de metodologías ágiles como Scrum y una formación que abarca desde redes hasta desarrollo de aplicaciones, explica José Braulio Echeverría, desarrollador full stack y profesor de informática en Sexto Perito de la Fundación Kinal.
Echeverría subraya la necesidad de actualizar los contenidos educativos hacia arquitecturas modernas, como microservicios, en lugar de sistemas monolíticos. “El perfil full stack se vuelve clave en un mercado donde Guatemala produce software local”.
Level Up, fundada por el francés Louis Prouvost, nació como empresa exportadora de software y evolucionó hacia la formación tecnológica en la región. Sus bootcamps de seis meses abarcan áreas como ciberseguridad, analítica de datos e inteligencia artificial. Además, su plataforma de reclutamiento conecta talentos con salarios competitivos.
Prouvost considera que, pese al impacto global de la inteligencia artificial en el empleo tecnológico, Guatemala tiene oportunidades en sectores emergentes. Destaca la importancia de las certificaciones respaldadas por empresas como Microsoft y Amazon, que ofrecen formación ágil y adaptada a las necesidades del mercado.
Inglés y conectividad: retos
Por su parte, Intecap ofrece especialidades tecnológicas, desde desarrollo de software hasta robótica humanoide.
Byron López, jefe del Centro TICS, advierte que los principales obstáculos para ampliar el acceso a estas carreras son la conectividad en áreas rurales, la falta de equipo adecuado y la formación en inglés.
Se indica que Intecap cuenta con un catálogo de más de 50 carreras tecnológicas en sus distintas sedes, en donde Informática “es una de las carreras con mayor preferencia”.
También ocupa el segundo lugar entre los 70 cursos de especialidades más demandados ofrecidos a lo largo del 2024. De este grupo se otorgaron becas a 309 participantes, de un total de 23,854 estudiantes que se formaron sin ese beneficio.
Además, otras tres carreras tecnológicas con alta demanda son: Administrador de Red y Seguridad de Telecomunicaciones CISCO, Desarrollador de Aplicaciones para JAVA y Android, y Bases de Datos SQL Server. En los últimos 18 meses, se otorgaron más de 400 becas.
Sin embargo, se coincide en que la mayor cantidad de becas se destinó a las carreras con mayor preferencia: cultora de belleza (417), mecánica automotriz (405) y gastronomía (391), para sumar un total de 1,213 beneficiarios, según dicha institución.
“Entre las empresas asociadas, se proyecta un crecimiento del 15% anual en contrataciones de programadores junior, y a nivel nacional puede alcanzar del 20% hasta el 25% anual”, explica Óscar González, director de Recursos Humanos de Tribal Worldwide.
Estrategia es clave
El sector ITO en Guatemala muestra una clara expansión, con una alta demanda de programadores junior. Aunque persisten desafíos como la falta de experiencia y las expectativas salariales, las empresas asociadas en Agexport están implementando estrategias innovadoras para formar, retener y especializar talento. Esto busca garantizar la sostenibilidad y competitividad del ecosistema tecnológico, según González.
Echeverría advierte que la tecnología debe actualizarse constantemente para mantenerse competitiva a nivel global. “No podemos seguir enseñando tecnología y programación como hace diez años”, afirma.
Prouvost propone que la actualización tecnológica se integre como parte de la cultura empresarial, dedicando tiempo laboral a capacitar al personal. Además, enfatiza la importancia de campañas de concienciación que visibilicen oportunidades y casos de éxito en la comunidad.
Por su parte, López, del Intecap, destaca que la articulación entre sector privado, academia y Estado se da a través de mesas sectoriales, aunque reconoce que aún falta más difusión para que más guatemaltecos accedan a estas oportunidades.
Chinchilla plantea tres pasos clave: crear un ecosistema de especialización tecnológica para jóvenes, buscar financiamiento público-privado enfocado en carreras técnicas y, por último, fortalecer los sistemas de certificación con vínculos directos al mercado laboral.
Así, la visión compartida por los actores del sector apunta a una transformación estructural que combine formación técnica, actualización constante y articulación intersectorial, para impulsar el desarrollo tecnológico de Guatemala.
Poca demanda en becas
El Ejecutivo dispone de un Fondo Nacional de Becas de Q250 millones para el presupuesto del 2025, un proyecto a cargo de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplán). Este tipo de becas permite postularse para carreras de pregrado, posgrado y técnicas. Consultada, la institución informó que no se tiene un número fijo de beneficiarios, pero que la primera y segunda convocatoria han recibido un total de 12 mil 619 postulaciones. Está pendiente una tercera convocatoria. El estimado de beneficiarios es de alrededor de 1,200.
“Hemos encontrado que los postulantes necesitan mucho acompañamiento y asesoría para este tipo de procesos. Además, hace falta llamar la atención en las carreras de tecnología. La mayoría están interesados en carreras de medicina, pedagogía y administración. Queremos promover más aplicaciones para ingenierías y tecnología”, indica la comunicadora de Segeplán, María José España.
Paralelamente, el Ministerio de Educación presentó recientemente la Política de Transformación Digital del Sistema Educativo 2025-2035, una hoja de ruta con cinco pilares estratégicos que busca cerrar la brecha digital. Dentro del objetivo 4 se plantea implementar programas de formación y certificación en competencias digitales reconocidas a nivel nacional e internacional.
Con información de Ximena Santiago
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