Eran dólares en nominaciones pequeñas que debían moverse a EE. UU. desde México o Sudamérica o viceversa. Los controles en aeropuertos hacen casi imposible que alguien pueda cruzar alguna frontera con más de US$10 mil (unos Q75 mil), incluso con menos de eso ya podría ser complicado.
Entonces ¿cómo logran los narcotraficantes trasladar millones de dólares de un país a otro? La condena de Cobar Bustamante podría responder o al menos revelar una de esas formas.
El espejo
El FBI denomina “transacciones espejo” el método que Cobar Bustamante ofrecía para lavar dinero.
“En un intercambio menor, la moneda se entrega a un individuo en un país y la moneda de igual valor se emite a un individuo en un país diferente. La moneda que se entrega originalmente en realidad no se mueve entre países, sino que se intercambia a través de un acuerdo entre individuos que forman parte de la misma red de movimientos subterráneos”, explica West en el sumario de la acusación.
Cobar Bustamante hacía eso: recibir dinero en Guatemala y entregarlo en cualquier otro país en moneda local. Movía el dinero de un país a otro sin sacarlo.
¿Cómo lo lograba? A través de su poder en una entidad bancaria y valiéndose de su puesto directivo. Uno de los cuatro testigos que colaboró con el FBI sostuvo una reunión con Cobar Bustamante en las oficinas centrales de la agencia bancaria el 9 de abril del 2019, en una zona exclusiva de la ciudad de Guatemala, y grabó en audio y video para las autoridades estadounidenses una reunión con el banquero a quien le entregó US$20 mil -unos Q150 mil- en efectivo y éste aceptó devolverlo en EE. UU. Luego de la reunión, el colaborador encubierto se reunió con los agentes del FBI para informar y entregar las evidencias.
Otro testigo, procesado por narcotráfico y a cambio de reducir su pena, colaboró con el FBI y declaró que entre 2015 y 2016 realizó “múltiples transacciones con Cobar Bustamante”. Le entregaba dólares y el banquero se los devolvía en moneda local o cheques de caja. Según la confesión del testigo, cada transacción era entre US$100 mil o US$200 mil -entre Q750 mil y Q1.5 millones-, dinero producto de sus negocios ilícitos que incluían el tráfico de narcóticos.
Cobar Bustamante cobraba por cada transacción una comisión que alcanzaba el 17% del total. Es decir, que por cada Q100 mil que lavaba, él se quedaba con Q17 mil.
Lo atractivo para los narcotraficantes era que Cobas Bustamante les permitía mover el dinero sin dejar ningún registro bancario, servicio que ofrecía, según uno de los cuatro colaboradores del FBI, a varios traficantes de narcóticos.
Dinero a granel
Otro de los testimonios, de un narcotraficante confeso que espera un trato “más indulgente”, señala que Cobar Bustamante, entre 2017 y 2018, le lavó dinero y facilitó el traslado desde Centroamérica hacia América del Sur, fondos que provenían de la venta de cocaína e iban dirigidos a narcotraficantes, como pago de la mercancía.
“Cobar, como banquero, pudo proporcionar el servicio, tomando el efectivo en Guatemala y entregándolo a personas en América del Sur”, cita la acusación.
El testigo, colaborador del FBI, incluso, entregó a las autoridades de EE. UU. una computadora donde detallaba el registro contable, a detalle, de los movimientos de dinero que Cobar Bustamante hacía, incluso, alcanzaba un millón de dólares.
El FBI también presentó en la acusación información que obtuvieron al tener acceso a mensajes de texto a través de la aplicación whatsapp y audios.
“Basado en el informe existen indicios suficientes para creer que desde o alrededor de enero de 2015 y hasta el presente, Álvaro Estuardo Cobar Bustamante y otros, conspiraron para realizar una transacción financiera involucrando la propiedad representada como el producto de una actividad ilegal especificada (…) causa probable de tráfico, con la intención de ocultar y disfrazar la naturaleza, ubicación, fuente, propiedad en violación del Título 18, Código de los Estados Unidos.
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