Guatemala

Otto Pérez Molina quedó lejos de cumplir sus promesas

El general Otto Pérez Molina asumió la presidencia de la República el 14 de enero de 2012 y se convirtió en el séptimo presidente de la era democrática del país. Ahora también se convirtió en el primero al que el Congreso le retira la inmunidad por señalamientos de corrupción.

Pérez Molina también fue jefe del desaparecido Estado Mayor Presidencial durante el gobierno de Ramiro de León Carpio. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pérez Molina también fue jefe del desaparecido Estado Mayor Presidencial durante el gobierno de Ramiro de León Carpio. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pérez Molina se convirtió en el primer militar electo democráticamente presidente en la era democrática y en tiempos de paz, después de 36 años de guerra interna.

El triunfo abrumador frente a su competidor en segunda vuelta Manuel Baldizón, fue en parte gracias al apoyo del voto capitalino, según los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral, que confirmó el 54.16 por ciento de votos a favor del candidato del Partido Patriota, más de 2.2 millones de votos válidos.

La salida de Pérez Molina de la presidencia, tres años y siete meses después, se da en medio de protestas ciudadanas, las más grandes en la capital pero con representación en algunas cabeceras departamentales.

En 19 semanas seguidas, los capitalinos salieron cada fin de semana exigiendo un alto al actual sistema político, población que en noviembre de 2011 fue la responsable en gran parte de la conquista del gobierno del Partido Patriota, con 411 mil 433 votos a favor del binomio Pérez Baldetti en el departamento de Guatemala.

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Promesas presidenciales

La toma de posesión de Pérez Molina y Roxana Baldetti fue en el Domo de la zona 13, rompiendo el protocolo de hacer la ceremonia en la Gran Sala del Teatro Nacional, como sus predecesores.

“En la campaña les di mi palabra y cumpliré mi palabra”, decía Pérez Molina el 14 de enero de 2012 en su primer discurso como Presidente, interrumpido en cada momento por los aplausos de diputados y simpatizantes.
Pérez Molina centró su discurso en “aires de esperanza” por la “grave crisis” del país, señalando como desafíos la corrupción, endeudamiento y pérdida de valores de los guatemaltecos.

“No puedo dejar de expresar que recibimos un país en crisis, una nación muy cerca de un quiebre económico y moral… necesitamos la restitución de nuestros valores como la honradez, respeto y libertad”, resaltaba Pérez Molina en su discurso.

Esclavo de sus palabras

Pérez Molina prometió a Guatemala, luego de jurar frente a la Constitución y tomar su envestidura presidencial, que “todas las familias puedan caminar en las calles, sin temor a los asaltos y violencia.. las transferencias monetarias condicionadas en un marco de institucionalidad, de transparencia y que no se aprovechen para fines políticos”, prometía el entonces Presidente.

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