Guatemala
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Tierra y disparos: voces desde el conflicto en Nahualá e Ixtahuacán

Aunque autoridades atribuyen el más reciente ataque a un grupo armado, en las comunidades de Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán se vive otra realidad: décadas de conflicto por tierras sin una mediación efectiva.

Varias viviendas en la aldea Patzité, captadas en el 2023, tienen orificios de bala debido al enfrentamiento entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán en Sololá. (Foto Prensa Libre: María Reneé Barrientos Gaytan)

Los disparos y las muertes persisten en las montañas en disputa entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, dos pueblos hermanos de Sololá, en el occidente de Guatemala, que llevan décadas de enfrentamientos armados. Todo es, aseguran, por la posesión de tierras.

En abril del 2023, un equipo periodístico de Prensa Libre ingresó a uno de los campos de batalla, en la aldea Patzité, Nahualá. Allí, un sector al norte muestra fachadas de viviendas con orificios causados por disparos durante los enfrentamientos con vecinos de Chirijox, comunidad de Santa Catarina Ixtahuacán. Un barranco los separa, al igual que el resentimiento por el uso de tierras comunitarias.

Durante ese periodo han mediado hasta tres gobiernos, pero la disputa persiste a disparos.

El más reciente enfrentamiento ocurrió el 13 de diciembre del 2025. Se reportaron 13 víctimas mortales. Aunque los hechos no sugieren un choque directo entre pobladores de ambos municipios, se investiga un aparente ataque contra un destacamento del Ejército de Guatemala, supuestamente perpetrado por un grupo armado de Nahualá. Esta tesis aún se analiza, junto con otras versiones contradictorias. En medio quedan los vecinos de ambos territorios.

Relatos desde el terreno

Juan, de 29 años, comerciante y vecino de Nahualá, ha presenciado los enfrentamientos armados. Conoce de cerca la lucha por las tierras comunitarias, una causa que, hasta cierto punto, se ha convertido en un ideal a defender incluso con la vida. Aun así, trata de ser coherente al hablar del conflicto.

“Acá es claro que existe un problema de años, algo que no se va a arreglar pronto. Hay muertos, y no son delincuentes del crimen organizado, como los llama el Gobierno. Esta gente muerta tiene apellidos de acá porque son de Nahualá. No eran desconocidos, y menos, sicarios. Las autoridades han salido a decir que atacaron a los soldados —el 13 de diciembre del 2025— primero, pero nada tiene lógica. ¿Cómo van a atacar para luego ser atacados? Tampoco vamos a decir que en ambos municipios —Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán— viven santos. Hay grupos, pero esto existe porque no se ha resuelto el problema de las tierras, y sin eso no hay paz”, expone Juan.

Para Juan, el enfrentamiento armado entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán “debe terminar”, pero como vecino no percibe una solución inmediata. Por el momento, no identifica una figura que logre eso ni un mecanismo que los lleve a la convivencia pacífica.

“Es que todo está en la historia, y hemos crecido con la idea de que el otro municipio es un invasor, por lo menos así lo entiendo siendo de Nahualá. La gente acá necesita tierra para producir, y de pronto te encuentras a otro en tu tierra y no la puedes usar. Allí está el problema, así lo pensamos y lo vemos. Pero lo peor son las muertes, y esto no va a parar”, explica.

Julia, otra vecina de Nahualá, tampoco es ajena al conflicto, aunque se muestra más crítica hacia quienes quieren seguir en ese “círculo violento”. También cuestiona a los gobiernos, a quienes percibe con poco interés para resolver y sin capacidad de ser ecuánimes en el territorio.

“Esto está fatal. Adentro de Nahualá hay gente que quiere paz, y yo me incluyo. Tengo un hijo de cinco años y le repito que pelear con Ixtahuacán es una pelea tonta, porque Dios da para todos, y la tierra puede ser para todos. En la comunidad, los grupos que cargan armas para cuidar la tierra a veces se van contra los propios de Nahualá, y eso pasa cuando no quieres participar o apoyar sus ideas. Pero, así como yo soy clara, no quiero pelear y menos matar. Acá hay algo lamentable, y son los gobiernos, porque nadie soluciona. Solo nos dicen que van a ser como árbitros, y jamás he visto que se hable de producir la tierra para todos. Cuando es para todos, incluye Nahualá y a Ixtahuacán”, señala.

Violencia en ascenso

En Santa Catarina Ixtahuacán hay una percepción similar sobre la pugna con Nahualá. Mauricio, de 43 años, agricultor, justifica que “la pelea es porque hay poca tierra para trabajar”, y asegura que no se puede usar pacíficamente.

“Le soy sincero, en Ixtahuacán hay un grupo armado desde hace años, y nos invitan a participar. Cada quien decide, pero uno, como hombre y padre de familia, casi se ve obligado a participar. Es por defensa de las tierras, dicen ellos —el grupo armado—, pero nosotros, los agricultores, solo queremos trabajar. Pedimos tierras para eso, porque nuestras familias necesitan comer. Yo siento que los vecinos de Nahualá no quieren compartir, y por eso también atacan”, sostiene.

En cuanto al cese de los enfrentamientos, Mauricio coincide en que es difícil que se detengan los disparos, porque nadie quiere “ceder”, y luego de cada ataque “queda un resentimiento, y eso no deja en paz a la gente”, por lo que pronostica que habrá venganza.

“Los enfrentamientos entre Ixtahuacán y Sololá no son nuevos. Nosotros siempre vimos eso, pero la violencia es cada vez peor. Antes se peleaban con machetes; alguien quedaba herido, luego muerto, y ahora hasta hay más de una docena de muertos, usando metralletas para disparar. Todo es más fuerte, y la gente sigue muriendo. Yo hace años perdí a un primo, y sus hijos quedaron sin comer. Eso es lo malo de esto, y por eso se debe pensar bien qué hacer, porque luego nadie te ayuda”, lamenta.

En la elaboración de este artículo periodístico se usaron nombres ficticios, por seguridad de los entrevistados.

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