Zapeta entró a la sala del juez Danny Chu, de la Corte Suprema de Brooklyn, con las manos esposadas a su espalda, vistiendo el enterizo naranja de la prisión y se dirigió a la mesa donde estaba su abogado de oficio para una audiencia de unos tres minutos.
La Fiscalía, que le acusa del asesinato de Debrina Kawan el pasado 22 de diciembre, pidió al juez que se le permita usar durante el juicio -para el cual aún no hay fecha- la prueba de ADN realizada a Zapeta, a lo que accedió el magistrado.
Al finalizar la audiencia, el reverendo Kevin McCall, portavoz de la familia de Kawam leyó un comunicado de sus hermanos y de su madre en el que llaman “monstruo” a Zapeta y piden su deportación.
La familia indicó que quiere saber “cómo a este monstruo, a este individuo responsable de quitárnosla (a Debrina), se le permitió regresar a este país” (pues había sido expulsado pero pudo volver).
“¿Cómo se le permitió caminar libremente? Es una pregunta en nuestros corazones y mente. Esa pregunta debe ser respondida por los demócratas. Esta persona debe rendir cuentas y no descansaremos hasta que se haga justicia“, afirmó la familia Kawam en el comunicado, que McCall leyó frente al tribunal.
Reiteraron que Zapeta “debe ser encarcelado de por vida” por llevarse a su ser querido. “Además, queremos que lo deporten de inmediato para que nunca más pueda pisar este país y causar daño y dolor a nadie más”, aseveró.
