Internacional

Las enormes contradicciones de la COP 24 

Unas semanas atrás se decía que participarían cerca de 40 mil personas; la última información de hace solo unos días de United Nations Framework Convention of Climate Change (UNFCCC) la entidad organizadora de las Conference of the Parties (COP), los máximos eventos anuales sobre cambio climático, reducía ese número a 28 mil: la realización del evento en Polonia, un país poco comprometido en la lucha contra el cambio climático, habría disminuido el entusiasmo, pero aún así la cifra es muy alta. 

Los muchos recursos derrochados en las COPs son una contradicción. (Foto Prensa Libre: AFP)

Los muchos recursos derrochados en las COPs son una contradicción. (Foto Prensa Libre: AFP)

Los COPs duran bastantes días: COP 24 (este año desde el 3 al 14 de diciembre). El leitmotiv es cómo reducir la emisión de CO2, el gas que más contribuye al calentamiento global, lo cual no deja de ser paradójico si se tiene en cuenta que el perfil típico del participante en este tipo de eventos es el de un funcionario de gobierno o de organismo internacional, experto de centro de investigación o activista de la sociedad civil, que viaja varias o hasta muchas veces al año para eventos mundiales o regionales similares, personas cuya principal huella de carbono (la emisión de CO2 que corresponde a su consumo anual) es, sin duda alguna, la de sus viajes aéreos. En otras palabras, si bien la aviación solo representa cerca del 2% de las emisiones anuales, para el típico participante en estas conferencias el porcentaje es muchísimo mayor.

Si nos enfocamos en COP 24, donde hay participantes de casi todos los países del mundo (un promedio cercano a 150 por cada país) ¿cuánto CO2 se está emitiendo? Es cierto que se utilizan materiales reciclables para la infraestructura temporal, pero eso es marginal comparado contra las emisiones de CO2 provocadas por los vuelos en que estos miles de participantes se desplazan hacia Polonia. Los aviones de hoy en día todavía usan combustibles fósiles, no energía eólica o solar.

Y surgen más interrogantes: ¿No podrían llevarse a cabo la mayoría de conferencias y paneles solo vía online? Las exposiciones podrían ser vistas en cualquier rincón del mundo. ¿Es necesario que participen tantos miles de personas? Unos dos mil 800 participantes contaminarían mucho menos que 28 mil. ¿Por qué organizar un evento tan largo? Si fuera más corto quizás vendrían menos participantes.

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Se entiende que los funcionarios de gobierno tengan que estar por más días (aunque a veces sea para discutir si el artículo de un documento debe tener cinco incisos en lugar de seis), pero todos aquellos que no fueran funcionarios de gobierno podrían tener un COP de unos cinco días en lugar de uno de 12, lo que incidiría en un menor número de viajeros. Por cierto, en apenas los primeros tres días pude notar que la mayoría de expositores participan dos o hasta más veces en diferentes eventos… reciclando la misma exposición, es decir, hay una duplicidad enorme en la discusión temática.

Pero aún más, durante estos primeros días (he tratado de escuchar cuanto evento me sea posible) me he percatado de lo siguiente: pese a que se inicia tarde (comenzar a las 11:30 es lo usual, o a lo sumo una hora antes), a eso de las cuatro o cinco de la tarde muchos se han esfumado ya. He visto eventos con salones casi vacíos.

Por citar solo un ejemplo: el último que presencié ayer se realizó en un salón que tenía 308 sillas (multipliqué las filas por las columnas), pero había solo cerca de 30 participantes, de los cuales menos de la mitad ponía atención (los otros estaban prendidos de sus computadoras o teléfonos). Patético, ¿no? Y eso que se trataba solo del tercer día del evento. ¿Cuál será la asistencia el penúltimo o último día?

Pese a que soy un apasionado del cambio climático no dejo de sentirme incómodo: cada persona que veo, vino y se irá con su maleta y con una cantidad enorme de… emisiones de CO2 (en mi caso muchísimo menor pues solo vine por tren desde Varsovia), y por si eso no fuera suficiente, muchos se escapan del evento o no prestan atención a las exposiciones.

Hasta cierto punto es como si se tratara de un gran evento con comida y bebidas abundantes para discutir los problemas de la hambruna en el mundo. De dos cosas estoy convencido: el mundo no necesita COPs tan masivos y tampoco deseo que Guatemala gaste US$100 millones para organizar COP 25.

Twitter @pablorodas.

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