La suspensión de clases presenciales que se dio a raíz de la pandemia del covid-19 desde marzo del 2020, así como la crisis que actualmente se vive en la casa de estudios superiores ocasionó que haya menos profesionales inscritos para cursar una maestría, especialidad o un doctorado. Efecto que se mantiene este año.
No solo se verá una merma de estudiantes del cuarto y quinto grado de Medicina en los centros asistenciales, pues de los 450 a 600 que anualmente eran enviados a prácticas externas, para este año no superarían los 130 alumnos que apoyan en la atención de los enfermos en los 11 hospitales escuelas, ellos son el primer contacto con el paciente. También habrá menos que van por una especialidad.
Guatemala tiene un déficit de médicos para atender a la población, en 2021 había en promedio 0.97 facultativos por cada mil habitantes, una cifra baja, que desciende aún más cuando se trata de un profesional que se ocupa de una rama médica específica, debilidad que se evidenció durante la pandemia del covid-19.