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¿Cómo publicar un libro de poesía? Los expertos contestan

Encontrar motivos para escribir es relativamente sencillo (que no significa que escribir sea fácil). Quienes mantienen un interés y vocación por la literatura distribuyen su tiempo adecuadamente para expresarse a través de las letras.

Aunque una vez se inicie ese proceso, el de dedicar unos minutos cada día de cada semana, hay quienes se sienten motivados a dar el siguiente paso: publicar.

Y publicar es, ahora, una etapa que tiene diferentes maneras de ocurrir. Puede ser desde una plataforma digital, por ejemplo. Aunque sin ser románticos, hay algo en el papel y en un libro que siguen enamorado a los asiduos de la literatura.

Si se trata de poesía, por ejemplo, entran en juego una diversidad de situaciones que pueden desalentar a los escritores, entre jóvenes y primerizos.

Sin embargo, y en palabras de personas involucradas en la literatura y la edición, es un proceso que se caracteriza por la persistencia, la voluntad, el interés y el trabajo.

Más allá del blog

Se comienza a escribir. Y ahora, ¿qué? (Foto Prensa Libre: Servicios / Unsplash).

Eugenia Cruz, de 23 años, tuvo el interés inicial cuando, después de escribir y difundir constantemente en plataformas digitales, alguien le preguntó dónde se podía comprar el libro. Eso le hizo proponerse publicar.

“Los poemas siempre estuvieron ahí”, asegura, “solo no habían encontrado pegamento. El tema (del libro) llegó después, cuando los leí y noté que tenían cosas en común”.

Cruz tomó la decisión de autopublicarse. Una vez tenía los poemas, su hermano le ayudó en la diagramación – un apoyo valioso, reitera –. Fueron 300 ejemplares, los cuales se vendieron en su mayoría.

Fue un aprendizaje para Cruz y una oportunidad para continuar con su deseo de destacar y expresarse como escritora.

La persistencia y los errores

Vania Vargas, con una variedad de textos y una de las poetas más reconocidas del país, no es ajena a esa duda que provoca el salir de las libretas hacia un libro publicado.

Su primer libro de poesía, Cuentos infantiles, llegó en 2010. Le siguieron Señas particulares y cicatrices y Quizá ese día tampoco sea hoy, mientras que tiene dos publicaciones de narrativa (Después del fin y Cuarenta noches), además de uno infantil (Los habitantes del aire).

Un libro publicado también es un trabajo de persistencia (Foto Prensa Libre: Servicios / Unsplash).

Vargas bien reconoce que su primer libro como tal apareció cuando ella tenía 19 años, en un esfuerzo personal que, con ahorros propios y el apoyo de familia, se logró concretar. Pero fue un hecho del cual está insatisfecha y cree que “le ganó el entusiasmo”.

Fue después y en Catafixia editorial, que varios de sus poemas fueron revisados para llegar en un trabajo más logrado.

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“Fue lo que hice, les gustó y así apareció el primero. Luego he ido viendo cómo un libro le va abriendo las puertas a los otros, va generando curiosidad, la gente que imprime libros se interesa en leerte y te piden material. Así se fueron abriendo espacio los otros libros, hasta hoy”, explica Vargas.

Reconoce también que es un proceso difícil. Llegó en 2010 pero fue tras la insistencia de escribir en revistas, periódicos y hasta en espacios de forma gratuita. “No es inmediato”, advierte, “fueron años de trabajo para construir un nombre, para llamar la atención”.

Lo cierto es que aunque ese primer libro cause insatisfacción, es la primera prueba de seguir adelante y conseguir resultados mejores.

La edición (o autoedición)

Vania Vargas encontró en los blog la posibilidad de ensayar y someter sus textos a la mirada pública. Caso similar fue con Cruz, que mantiene en Instagram una dinámica breve de publicación.

Persiste un interés, sin embargo, en trasladar los textos al papel, un trabajo que recae de forma personal o bien, con una editorial, que puede contar con más recursos y experiencia en el asunto.

Aunque tampoco es fácil para las mismas editoriales fijarse y publicar poesía. Manuel Rodas, director y editor en Sión Editorial, que comenzó escribiendo cuentos y ahora, cuando puede, hace poesía, reconoce que es difícil apostarle a la literatura.

Pero es una apuesta valiosa, asegura, porque si bien la venta de libros de poesía es baja, existe un ejercicio de compartirlos que difunde sensaciones y emociones.

Para encontrar esos poetas, el proceso de selección en Sión Editorial se enfoca en diferentes elementos.

El trabajo de un editor acompaña al escritor (Foto Prensa Libre: Servicios / Unsplash).

“En primer lugar”, explica Rodas, “buscamos poemarios que conmuevan, que sea sincero, que tenga un lenguaje fluido y un buen ritmo”.

Entre eso es válido descartar que la poesía son solo rimas o reglas rigurosas, recomienda. O que los poemas se tratan solo de relaciones sentimentales o situaciones personales, que los pueden ser, pero también de asuntos sociales, familiares, culturales y más.

“El mayor reto para publicar un libro de poesía seguramente es la calidad del mismo, la congruencia del discurso, el grado de sinceridad que se entregará, al final como decía Cerati ‘la poesía es la única verdad'”, añade Rodas.

El trabajo de un editor en ese caso, según rodas, es tratar de que se resalten los atributos del poeta y si reduzcan errores que van más allá de lo ortográfico.

“Editar un libro de poesía consiste, en lo personal, en sentarme a leer la propuesta, primero en voz baja y luego en voz alta. La primera es porque logró canalizar lo que sintió el poeta y lo hago mío, trato de identificarme. Lo segundo es porque le pongo en el papel del lector, y es ahí en donde concluyo qué aspectos se deben editar (poner, quitar, modificar)”, comenta.

Luego hace observaciones, que dependen del poeta para ser aplicadas. Estas pueden ser el modificar una palabra por un sinónimo para no romper el ritmo del texto, por ejemplo.

Los consejos

Publicar le permitió a Cruz sentirse motivada a seguir escribiendo y publicando, porque varias personas se identificaron con los textos.

“El público me ha inspirado muchísimo a seguir escribiendo. Una chica un día se me acercó, me comentó que mis poemas le ayudar a superar la muerte de su hermano. En otra ocasión, una mujer me dijo algo parecido, pero en ese caso, había muerto su hijo. No sé cómo lo hice, ¿sabes?, conectar con el amor así. Me he sentido muy dichosa”.

Leer, leer y leer siempre debe ser parte de la tarea de un escritor. (Foto Prensa Libre: Pixabay)

Estos son algunos consejos para quienes estén en el limbo de publicar un libro de poesía.

  • Vania Vargas

Yo creo que el reto con el que todos nos enfrentamos es con la desesperación por publicar. Y regularmente esa primera desesperación resulta ser un grave error, a mí me sucedió. Con esa desesperación viene la frustración de ver que las plataformas para publicar son pocas, son caras en algunos casos, o hay que esperar de más. La gran ventaja que tiene esta generación es el internet, del cual mi generación también se valió, los blogs, principalmente. El punto es que ahora es más fácil visualizar el trabajo, llegar a más gente, generar interacción, darse a conocer, encontrar concursos dónde participar, irse abriendo el camino hacia la impresión, ya sea con editoriales o bien por cuenta propia.

Nada de malo hay en ello, tomando en cuenta que la historia de la literatura guatemalteca se ha ido eslabonando desde principios del siglo XX con esfuerzos editoriales de autor, de los grupos literarios que se conformaron a lo largo del tiempo. Hay que aprovechar todas las posibilidades, y no dejarse alcanzar ni por la desesperación ni por el engaño de pensar que publicar implica ganar dinero. Si alguien cree que la escritura es lo suyo, que se dedique a leer, a pensar, a escribir y con perseverancia vaya encontrando su camino.

  • Manuel Rodas

Leer mucho. Ya decía Bolaño que hay dos tipos de personas: “el escritor que lee y el lector que escribe”. Si no leemos, no tendremos un discurso sustentado para nuestro poemario.

También es importante escribir todos los días, después de un tiempo leer e ir comparando, mostrar los poemas a más personas, fuera de la familia y amigos, animarse a participar en lecturas de poesía (escuchar y leer), pero sobre todo, ser críticos de nuestra propia obra, nunca soltar los pies de la tierra.

  • Eugenia Cruz

Que escriban el libro. Es la parte más complicada. A veces, ni lo hemos hecho y estamos ya pensando en publicar. Luego, buscar la editorial (si no será autopublicación).

Para autopublicar, buscar a un diseñador para que diagrame el libro. Buscar una imprenta (aunque se vale impresión digital). Sacar ISBN (Número Estándar Internacional del Libro, por sus siglas en inglés) para poder vender el libro en librerías.

Para vender hay que moverse en las librerías, cada una tiene sus condiciones de trabajo.

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