Escenario

Identidad y tradición se funden en fiesta patronal de San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango

El 11 de noviembre se celebra la fiesta patronal de San Martín Sacatepéquez, uno de los 24 municipios del departamento de Quetzaltenango.

La imagen del obispo San Martín de Tour, preside la procesión en la fiesta patronal de San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)

La imagen del obispo San Martín de Tour, preside la procesión en la fiesta patronal de San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)

En esa fecha la iglesia católica conmemora a San Martín, obispo de Tour, Francia, que desde la llegada de los españoles a estas tierras, fue designado santo protector de la población de la etnia mam, establecida en ese lugar.

Como en todos los pueblos de la actual Guatemala, la fiesta patronal es el resultado del sincretismo de milenarios rituales mayas que propiciaban la caza y la agricultura, ritos dedicados al cosmos y las luchas de dominación, y el cristianismo que vino a la actual América con los españoles, en el siglo XVI.

“Cada pueblo tiene un santo patrón. Para festejarlo se celebra anualmente la feria titular del lugar. El suceso atrae a la comunidad entera durante una o dos semanas, Comidas y bebidas propios del lugar, danzas tradicionales, procesiones, ceremonias, desfiles, juegos pirotécnicos, mecánicos y de azar se convierten en la alegrá de la comunidad”, escribió el historiador Roberto Díaz Castillo, en el libro Guatemala, ceremonias y fiestas populares.

Este municipio se conoció como San Martín Obispo o San Martin Chile Verde, como resultado que en este lugar se sembraba chile pimiento, pero la erupción del volcán Santa María, en 1902, sepultó el pueblo y acabó con los cultivos.  Ahora en esta área se cultiva papa de muy buena calidad.

Distintivo

Algunos hombres ancianos y adultos originarios de este lugar conservan su traje tradicional, que visten con especial orgullo en estas fechas.   El atuendo masculino consiste en un pantalón de manga ancha hasta el tobillo y camisa cuyo largo llega a la rodilla e en el frente, y es un poco más larga y con flecos, en la espalda, piezas confeccionadas de algodón a principios del siglo XX.  Las prendas son blancas con pequeñas líneas rojas.

Tanto el extremo de las mangas del pantalón como las mangas de la camisa están profusamente adornados con figuras  tejidas multicolores de la flora y fauna.  El atuendo se complementa con una faja ancha roja amarrada a la cintura, que cuelga los extremos en la parte posterior del cuerpo , único de este traje pues en la mayoría de vestimentas mayas  masculinas, la faja se usa amarrada al frente.

Las mujeres usan huipil predominantemente rojo y morado, elaborado en telar prehispánico de cintura, también con figuras que representan la naturaleza. En la primera parte del siglo XX el huipil tenía pequeños triángulos en la orilla, llamados chix, que simbolizaban semillas, según Efraín Méndez, hsitoriador del municipio.  La falda o corte es azul o negro, sujetado a la cintura con una faja blanca y negra.

(Foto Prensa Libre: Edwin Castro)

Tradición

En la fiesta en San Martín, ocupa lugar principal, la procesión con la imagen del santo patrón que recorre las calles del pueblo, acompañada de devotos y de las diferentes cofradías del lugar.  Sale después de la misa que se celebra a media mañana, para retornar al templo al medio día.  También se representan danzas tradicionales,  y se celebran actividades culturales y deportivas y de diversión con juegos mecánicos

Generoso religioso

Martín de Tour nació en el año 315, hijo de un tribuno romano.  Desde los 15 años era militar.  A los 18 recibió el bautismo cristiano y abandonó la milicia para seguir a su maestro San Hilario de Poitiers. De Martín se dice que, fue soldado sin quererlo,  monje por elección y obispo por deber.

A los 27 años era muy querido por los pobres, necesitados y de los que sufrían injusticias, pero no era muy bien visto por su clero.  Fundó los monasterios de Lugugé, el más antiguo de Europa, y el Marmoutier,  que llegó a convertirse en un importante centro de la vida religiosa.  Fue elegido obispo de Tour y se convirtió en el grande evangelizador de Francia.

(Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Según la tradición oral, el joven Martín aún en la milicia iba cierto día cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial.  En su camino se encontró a un pobre que se estremecía de frío.  Martín bajó de su caballo, cortó su manto y dio la mitad al necesitado.  Esa noche en sueños el piadoso soldado vio a Jesús envuelto en el manto que le sonreía agradecido.

Martín de Tour, Murió el 8 de noviembre del 397. Sus funerales el 11 de noviembre fueron una apoteosis. Es el primer santo no mártir al que se le designó fiesta litúrgica. En su honor la fecha fue adoptada por la población, para concretar contratos de arrendamiento y compraventa de terrenos dedicados a la agricultura.  En Guatemala, es también patrón de San Martín Jilitepeque, Chimaltenango, y San Martín Zapotitlán, Retalhuleu.

(Con información del Libro: Un Santo par cada día. Mario Sgarbossa y Luis Giovannini).

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