ESCENARIO
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Qué se necesita para sostener un proyecto musical en Guatemala
Posicionar un producto musical y llevarlo a públicos amplios es un sueño de muchos artistas emprendedores quienes deben enfrentarse a retos de circulación y remuneración digna.
Aunque Internet es una gran ventana para colocar nueva música, es importante trabajar varios factores para lograr las meta de los artistas. (Foto Prensa Libre: Hannah Troupe)
En el presente cualquiera puede ser un artista musical. Basta con tener bases técnicas y narrativa para llevar una propuesta sonora a Internet donde cualquier persona del mundo puede escucharla. Según la plataforma de monitoreo para el mercado de entretenimiento Luminate, durante el primer trimestre de 2023 fueron subidos 120 mil archivos de audio con música a servicios de streaming como Spotify.
Además de este servicio, cualquier artista nuevo puede colocar su música gratuitamente en sitios como Bandcamp, Soundcloud, Deezer o YouTube. Esta ruta, que pareciera ser la única y obligatoria para posicionarse frente al mundo, ha sido una que también han sabido utilizar realizadores guatemaltecos.
En ese sentido, es válido preguntarse por los alcances y el “éxito” que supone el solo hecho de estar en Internet. También se vale preguntar qué tanto logran los artistas emergentes posicionar su música, y en el mejor de los casos, sostenerse de ella y lograr un progreso.
La cantante maya kaqchikel Sara Curruchich, quien ha publicado dos discos (Somos en 2019 y Mujer Indígena en 2021) considera que este camino es posible, aunque no tan sencillo como se podría ver, en especial cuando se ofrece un producto musical a una sociedad que no consume a sus artistas locales y que tiende a preferir lo extranjero.
“Cuando llegan artistas internacionales, se paga mucho dinero, pero me parece muy contradictorio que cuando hay un artista nacional y quiere cobrar, a veces la gente lo ve como un tema muy grande y a veces ni siquiera pasa de 50 quetzales. Hay personas que teniendo la posibilidad no lo quieren pagar”, explica la intérprete.
Curruchich explica esto cómo parte de una especie de carencia en la valorización cultural dentro de Guatemala: “Si bien hay muchas personas que apoyan al arte, no consideran que sea un trabajo”. La cantante, quien ha cantado frente a miles de personas en el Zócalo de la ciudad de México y en escenarios de Europa considera urgente discutir sobre las maneras en las que se dignifica el trabajo de los artistas musicales en Guatemala.
Para Luis Alonso, músico en los proyectos Dinosaur 88 y Los Tiros, así como también mánager de la banda Asimov, que recientemente se presentó en el legendario festival estadounidense SXSW, la calidad y la originalidad de la música son fundamentales para captar la atención de un público y destacar en un mercado saturado como el de Guatemala.
El también productor señala que es importante que los artistas consideren la elección entre lanzar discos o sencillos. “Ahora tenemos todas las canciones del mundo al alcance de la mano en cuestión de segundos. Sacar varios sencillos a lo largo del año aumenta la posibilidad de ser potenciado por el algoritmo y por la colocación de tu música en playlists”, comparte.
No obstante, aunque la retención en la virtualidad es cada vez menor, resulta valioso que los artistas consideren el lanzamiento de un disco, en especial si quieren proyectarse aún más. “Cuando el artista quiere dar presentaciones en vivo, aplicar a festivales de música y enviar su música a productoras y promotoras es necesario tener un álbum que consolide la personalidad del artista y que refleje su concepto”, comparte.
De acuerdo con Alonso producir y masterizar un sencillo en el país puede costar entre Q1mil a Q4 mil en un estudio profesional, mientras que este mismo trabajo para un álbum puede alcanzar cinco veces ese precio.
Otro de los retos en la construcción de una carrera musical tiene que ver con la presentación de la música en vivo, ya que, al menos en Guatemala, los conciertos son la principal fuente de ingreso para los músicos independientes y otros ya posicionados.
Si bien en el país existen recintos donde se hacen conciertos, es importante considerar que no todos son adecuados para presentar temas en directo. Lo esencial es que estos espacios cuenten con un equipamiento de sonido fijo, monitoreo de sonido y en el mejor de los casos, iluminación y camerinos. Sin embargo, son pocos los lugares que tienen estas condiciones, apunta Luis Alonso.
Algunas recomendaciones
De acuerdo con Pedro Meléndez, músico y presidente de la junta directiva de Musicartes, la sociedad de gestión colectiva que administra los derechos intelectuales de más de 600 intérpretes guatemaltecos, el mayor reto de los nuevos artistas locales tiene que ver con su entendimiento de la música como un producto de mercado.
“Como cualquier otro negocio, la música empieza como un emprendimiento. Uno de los desafíos más importantes es que los artistas tengan este conocimiento”, argumenta Meléndez.
Para el también realizador musical, es importante pensar que la música es global y no solo local, por lo que es necesario trazar un plan con objetivos y metas, así como también formarse y generar alianzas.
Además de la proyección de dónde se quiere llegar y por qué, es importante que los artistas reconozcan la importancia del resguardo de los derechos de sus canciones; tema que puede solventarse en el país a través de Musicartes. Esto permitirá la construcción de planes de negocio, así como en la protección de la propiedad intelectual de las piezas.
Otra de las pautas para posicionar la música local es importante la divulgación por medios de comunicación tradicionales y digitales. A decir de Sara Curruchich, en su carrera uno de los más grandes apoyos fue la difusión de radios comunitarias. Por otro lado, la cantante recuerda las grandes posibilidades que tienen las redes sociales, mismas que han sido una plataforma de visibilización para ella y otros artistas locales.