Salud y Familia

Cómo no matar la creatividad de sus hijos

Cuando un niño desarrolla su creatividad también está construyendo su confianza en sí mismo. No "asesine" la creatividad de su hijo sin querer.

Un niño se toma su tiempo para hacer sus creaciones y en ocasiones las repite una y otra vez. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Un niño se toma su tiempo para hacer sus creaciones y en ocasiones las repite una y otra vez. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

En un libro que leí recientemente sobre la creatividad encontré un capítulo muy atinado que trata de un estudio que hizo la doctora Teresa Amabile, sobre este tema. La experta lista 7 asesinos de la creatividad, pero dice que el más dañino está relacionado con el tiempo y la cultura apresurada en qué vivimos.

Según explica Amabile, los adultos tendemos a “interrumpir” los procesos creativos de los niños.  Estamos muy pendientes de la hora, lo cual no es así en la infancia.  Un niño se concentra en su deseo de trabajar algo hasta llegar al fondo, pero en medio de ese proceso, cortamos su inspiración. Por ejemplo, cuando dibuja, queremos que lo haga por un momento. O vamos al museo con el tiempo limitado y recorremos la salas con prisa, sin darle tiempo al niño de concentrarse en lo que ve.

Los adultos buscamos tener un producto terminado cuando realizamos alguna actividad y si el niño dedica tiempo a algo que no lo tiene, nos parece un desperdicio.  Mientras que un niño no se ocupa por esos “resultados”. Para él repetir algo una y otra vez está bien. Así es como logra obtener destreza en lo que desea hacer y, a la vez, consigue seguridad en sí mismo.

Los otros 7 asesinos de la creatividad

La investigación de la especialista en creatividad, Amabile, identificó estos asesinos de la creatividad:

  1. Vigilancia y control. Sentarse al lado del niño y hacerlo sentir observado mientras trabaja, mata sus ganas de arriesgarse.  Se siente presionado y se “esconde”.
  2. Criticarlo. Lo más importante es cómo se sienten los niños respecto a lo que están haciendo.  A ellos no debe importarles cómo los evalúan los adultos o sus compañeros. La crítica constante o la permanente indiferencia puede generar inseguridad y dudas sobre sí mismo.
  3. Recompensas. Los premios privan a los niños del placer de realizar una actividad creativa.
  4. Competencia. La presión de ganar o perder no es sana.  Aunque, eventualmente puede participar en alguna competencia que fomente el espíritu o trabajo de equipo.
  5. Exceso de control. Darle instrucciones de cómo realizar sus tareas, trabajos e incluso sus juegos, lo limita.  Podría creer que cualquier originalidad y ocurrencia es un error o bien una pérdida de tiempo.
  6. Restringir sus elecciones.  Lo mejor es que el niño elija lo que le interesa hacer y apoyarlo para que se deje llevar por su propia curiosidad y pasión.
  7. Presión y altas expectativas. Con ello puede producir aversión a realizar algo o aprender algo.  Al niño se le debe permitir progresar a su propio ritmo.
La autoconfianza de los niños se construye cuando dominan una tarea. Foto: Servicios.

El elogio lo impulsa hacia adelante, pero debe ser sincero tomando en cuenta cómo se siente el niño respecto de su trabajo. Los papás deben estar disponibles y dar acompañamiento pero sin presiones.

Tomado del libro El espíritu creativo de Daniel Goleman, Paul Kaufman y Michal Ray. Ediciones B, S.A. 2016.

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ESCRITO POR:

Lucrecia Choy

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de bienestar y cultura con más de 20 años de experiencia. Reportera del Año del área de Revistas y Suplementos en 1999.