Salud y Familia

La técnica INMA, para afrontar días de trabajo difíciles

A veces es importante decir "no". Aprenda esta técnica y a negociar las prioridades.

Si se busca rechazar el encargo de otra tarea adicional por parte de los jefes existe una técnica que puede ser útil.  (Foto Prensa Libre: Klaus-Dietmar Gabbert/dpa)

Si se busca rechazar el encargo de otra tarea adicional por parte de los jefes existe una técnica que puede ser útil. (Foto Prensa Libre: Klaus-Dietmar Gabbert/dpa)

A muchas personas les cuesta rechazar peticiones o encargos de trabajo de sus jefes, sobre todo cuando se trata de jóvenes profesionales que recién están comenzando su carrera, e incluso aunque esto conlleve presiones con plazos y jornadas de trabajo agitadas.

Pero hay otra manera de solucionar estas situaciones. El coach alemán Henryk Lüderitz recomienda recurrir a la técnica INMA para estos casos: mostrar Interés, decir No, mencionar un Motivo, ofrecer una Alternativa.

Según escribe Lüderitz en un aporte para el blog de Xing, en concreto el método funciona de la siguiente manera: en un primer paso, hacer preguntas para obtener mayor información no solo sirve para entender mejor de qué se trata la tarea solicitada y por qué es tan urgente de repente.

“A veces, las preguntas permiten ya resolver parte de la tarea, porque los jefes se dan cuenta de que hay más tiempo que ‘hasta mañana'”, explica el coach.

Dar razones plausibles para rechazar algo

Si el jefe mantiene su petición, los empleados no deben tener miedo de decir que no en determinadas circunstancias o si la tarea les es demasiado en ese momento.

Sin embargo, según Lüderitz, es importante explicar la negativa. Hacer referencia a numerosas tareas pendientes, por ejemplo, puede ser legítimo. No obstante, el coach apunta que esto solo es plausible si los empleados llevan una agenda diaria o semanal y pueden demostrar que tienen aún por delante tareas al menos igual de importantes y urgentes.

Finalmente, como último paso, se trata de ofrecerle al jefe una alternativa. Los empleados, por ejemplo, pueden sugerir que la tarea se complete al día siguiente o en 48 horas.

Lüderitz subraya que esta fecha alternativa debe luego sí o sí cumplirse para que la técnica INMA siga funcionando en el futuro.

Quienes constantemente quieren ser apreciados o complacer a sus interlocutores, rara vez rechazan las peticiones. ¿Pero por qué?

La psicóloga Nathalie Krahé comenta que allí desempeñan un rol importante tanto la propia personalidad, como la impronta individual y el entorno cultural. En los vínculos personales, además, es más dificultoso fijar límites, agrega.

Y, según apunta la experta, muchas veces el decir que sí se vuelve costumbre. Pero esto puede ser modificado, comenta la psicóloga en una entrevista.

Aprenda a decir no

La buena noticia es que además de este sistema INMA es posible aplicar otras estrategias. La clave, en este caso, es la pausa. Ayuda, por ejemplo, darse un tiempo para pensar. En lugar de seguir el reflejo de decir que sí, brindarse la oportunidad de poner a prueba su verdadera disposición.

Por ejemplo, uno puede decir: “Todavía tengo que pensar sobre eso”. O: “Te vuelvo a llamar dentro de una hora para hablar de ese tema”. De esa manera, me concedo algo de tiempo y le dejo en claro a mi interlocutor que tomo en serio su solicitud.

E incluso cuando la respuesta posterior sea un no, trabajé el vínculo con cuidado. Por supuesto que al principio hay que elegirse áreas sencillas de ejercicio y no empezar de inmediato con las situaciones más desafiantes.

Al igual que en el entrenamiento deportivo, no hay que sobre exigirse y evitar los fracasos gestionados por cuenta propia. Porque, en el peor de los casos, esto puede conducir a un autoconvencimiento negativo. Un posible pensamiento que puede aflorar entonces: “Esto no lo voy a aprender nunca”.

Para decir concretamente que no, algo que es verdaderamente importante es mantener el contacto visual, evitar sonreír y hablar con voz firme. Porque, si no procede de esta manera, su interlocutor puede pensar que aún existe margen para negociar. Esto mismo puede ejercitarse frente a un espejo.

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