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De ninguna manera deben convertirse en los salvadores de relaciones, enfatiza el psicólogo Hans Dusolt. “Pero si los niños tienen una buena relación con sus abuelos, estos pueden ser un ancla segura”, agrega el terapeuta familiar.
Los niños perciben que con los abuelos todo sigue igual y eso es tranquilizador y además mantienen distancia de la propia casa, donde todo ha cambiado, señala el especialista.
A menudo, conversar con alguno de los abuelos es una oportunidad de referirse a la situación y expresar los propios sentimientos, agrega Dusolt.
“Los hijos a veces no quieren sobrecargar a sus padres porque intuitivamente sienten que ambos están bajo mucha presión”, destaca Gertrud Ganser, consejera pastoral de la Arquidiócesis de la ciudad alemana de Colonia.
En cambio, según Ganser, los abuelos pueden hacer preguntas muy concretas: “¿Cómo te sientes con la separación de tus padres?”
Según la edad, los niños viven la separación de distinta manera
“Muchos niños pequeños desarrollan a menudo la idea de que han sido los causantes de la separación de sus padres. En ese caso, los abuelos pueden aliviar los sentimientos de culpa del nieto”, destaca Ganser.
Los adolescentes, en cambio, reflexionan más y pueden expresarse más claramente. “Por otro lado, tienen más posibilidades de mantener un contacto independiente con sus padres”, dice el psicólogo.
Asimismo, Ganser opina que los abuelos son importantes cuando los nietos quieren hablar, pero también cuando quieren permanecer en silencio.
Casi todos los niños, independientemente de su edad, esperan que sus padres vuelvan juntos nuevamente, explica Björn Enno Hermans, presidente de la Sociedad Alemana de Terapia Sistémica, Asesoramiento y Terapia Familiar (DGSF).
De ningún modo los abuelos deben tomar partido por alguna de las dos partes. Incluso si están más cerca de su propio hijo no deben influenciar a sus nietos. Eso es un tabú, advierte Hermans.
Frases como “tu padre nunca ha tenido tiempo para ti” o “tu madre siempre fue sobreprotectora” son peligrosas, asegura Dusolt.
“Se coloca a los niños en una situación en la que piensan que tienen que decidir quién tiene la razón o quién es el mejor padre. Es sabido que los niños necesitan a ambos padres, incluso después de una separación”, asegura.
Por otra parte, los abuelos no pueden evitarle a su nieto el dolor y la pena por la separación de los padres. “Pero tampoco deben comportarse como si todo fuese fácil y casual”, apunta Dusolt.
De acuerdo con el especialista, lo mejor es ayudar a que los nietos acepten que están pasando por un momento difícil y que les está permitido llorar.
Sin embargo, también es importante que los abuelos generen un espacio libre de problemas, aconseja Ganser.
Los expertos coinciden en que pese a que el niño puede inspirar compasión no debe ser tratado como una víctima.
Consentirlos mucho no ayuda a la separación. Es una manera de mostrarle que no confían en que el chico puede hacer frente a la situación, resalta Ganser.
Es mejor aceptar que es difícil, pero que el niño podrá enfrentar la situación, señala el psicólogo.
Ni los abuelos deben tratar de ser los mejores padres para sus nietos, ni deben dejar que sus propios hijos los tomen como padres sustitutos, como sucede a menudo en casos de separación.
Muchos abuelos todavía trabajan y tienen una vida diaria muy ocupada. “Sobrecargarse uno mismo no es bueno. Por eso es importante evaluar y utilizar de manera realista las propias fortalezas y recursos”, subraya Hermans.
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