Las rupturas familiares tienen orígenes diversos: conflictos interpersonales, falta de comunicación, ausencia de asertividad, entre otros.
Cómo podemos ayudar a personas que han vivido una ruptura familiar. Enlistemos a continuación algunas acciones:
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- Evitemos emitir juicios ante un amigo o familiar que está viviendo esta situación. Las personas afectadas son las únicas que conocen a fondo las razones que llevaron a la ruptura.
- Estemos atentos a las necesidades fisiológicas, de seguridad y sociales de las partes involucradas (según Abraham Maslow). Ante una ruptura, las personas suelen descuidar la satisfacción de las propias necesidades y necesitan apoyo.
- Respetemos el espacio de sanación que necesitan las personas afectadas. Las personas sanarán, pero necesitan tiempo y espacio para realizar un proceso de curación emocional.
- Tratemos de ser cercanos emocionalmente. La cercanía es estar incondicionalmente para la persona que ha padecido una ruptura. Una llamada telefónica o un mensaje oportunos pueden ser de apoyo.
- Busquemos apoyo terapéutico. Un proceso de terapia psicológica proporciona beneficios a las personas afectadas y al círculo familiar.
Cada persona posee la capacidad de recuperarse ante cualquier adversidad, “tu cuerpo y tu conciencia poseen un poder inherente de sanación” (Thich Nhat Hanh), sin embargo, podemos ofrecer nuestro apoyo a las personas afectadas por una ruptura familiar para que el proceso de sanación propia se active.
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¿Qué otra pregunta le gustaría hacerle a un psicólogo? Escríbanos a buenavida@prensalibre.com.gt y especialistas del departamento de psicología de la Universidad Rafael Landívar responderán sus dudas.
*Docente del Departamento de Psicología de la Facultad de Humanidades, Universidad Rafael Landívar.