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5 cámaras para dar el siguiente paso en la fotografía (sin gastar tanto)

Bien dicen los fotógrafos más tradicionales que “la mejor cámara es que la uno carga consigo”.

Es un hecho, y es difícil creer que alguien, en 2019, no tiene una cámara fotográfica. Están ahí, en el bolsillo, con cada teléfono celular.

Pero también es cierto que, para otros, la fotografía es más una afición, y hasta una profesión, que implica tener algo más que un celular con buena cámara, sino una buena cámara y nada más.

Hay que dejar claro, también, que un equipo más caro no hace a un mejor fotógrafo. Lo consigue la constancia de tomar fotos. Como un ejercicio, se mejora mientras más se practica.

Por eso es buena idea invertir en una cámara, porque una herramienta adecuada sí puede inspirar a salir y capturar imágenes.

Previo a emitir las recomendaciones, es importante comprender estos conceptos que pueden ayudar a saber si se compra o no una cámara que no sea la del teléfono.

Términos clave

Una cámara más cara no garantiza mejores fotografías (Foto Prensa Libre: Pexels / Pok Rie).
  • Sensor

Hace años, las imágenes se capturan en un proceso químico donde la luz quedaba registrada en una película o rollo. Ahora, en la transición a lo digital, esa captura ocurre en un sensor.

Mientras que la medida estándar en la película era el 35mm (también existían otros formatos como el medio o largo), en lo digital hay sensores de diferentes tamaños.

Aún existe el 35mm o de formato completo, pero las variedades son muchas. Para poner en perspectiva, el sensor de un iPhone Xs es de 0.57cm x 0.43cm, mientras que el de una cámara APS-C es de 2.36cm x 1.56cm (un 35mm es 3.5cm x 2.39cm).

Comparativa del tamaño de sensores (Foto Prensa Libre: Wikipedia).

Las ventajas de un sensor más grandes son varias. Una de las principales es que, al ser más grandes, pueden recibir más luz, lo que suele demostrarse en imágenes más nítidas en situaciones de menor claridad.

Una de las desventajas es que, mientras más grande el sensor, es más caro y la cámara más grande. Es equivocado creer que un sensor más grande toma mejores imágenes. Lo ideal es pensar qué tamaño de sensor es adecuado.

Los sensores registran la luz en píxeles. Se suele pensar que a mayor cantidad de megapixeles, mejor calidad de imagen. Sin embargo, los pixeles no son lo único a tomar en cuenta, por lo que no debería ser el factor determinante para la compra de una cámara.

Para visualizaciones en computadora, por ejemplo, entre 5 y 8 megapíxeles suelen ser suficientes.

  • Lentes

Mientras que el sensor registra las imágenes, los lentes son la óptica que reciben y redirigen la luz exterior hacia a la cámara. Una de sus ventajas es la de mostrar elementos desde una perspectiva diferente a la del ojo humano.

La longitud focal de los lentes, que es el punto de convergencia entre el lente y el sensor, se mide en milímetros. Se estima que el ojo humano tiene una distancia focal entre 35 a 50mm.

Mientras más pequeña es la distancia (12, 16mm…), se crea esa sensación de amplitud. Mientras que mayor longitud (75, 200mm…) los objetos lejanos se ven más cerca.

Tener esto en mente es adecuado al momento de elegir un lente, porque depende de qué forma el fotógrafo busca capturar la realidad. También es importante notar que los lentes usualmente se venden por separado y son esenciales para la cámara.

En ocasiones es innecesario comprar una cámara nueva, sino con una nueva óptica se puede mejorar la calidad de las fotografías.

  • Archivos

En la era digital, las cámaras suelen producir dos tipos de archivo: JPG (Joint Photographic Experts Group), que es el formato de imagen más común; y los RAW (traducibles como “crudos”).

Los JPG suelen ser productos finalizados y de menor tamaño. Son fáciles de compartir en correos o chats. También carecen de poca información, por lo que no son los más prácticos para editar.

Los RAW suelen guardar más información (y, por lo tanto, ocupan más espacio de almacenamiento). No se pueden publicar en sitios web o redes sociales, sino su fin es meramente la edición.

Ningún formato es mejor que otro. Tienen diferentes utilidades. Sin embargo, los archivos RAW suelen brindar mayor variedad de opciones y pueden favorecer la calidad de los JPG finales. Para aprovechar al máximo, los fotógrafos deberían (pero no es obligatorio) tomar fotos en ese formato.

  • Edición

Las imágenes pueden retocarse en diferentes programas de edición. Mientras que algunos como Lightroom o Capture One son herramientas con una variedad de opciones y virtudes, también implican una suscripción mensual o compra definitiva.

Son necesarios, sin embargo, para aprovechar los archivos RAW. Es allí donde ocurre el procesado (o revelado) para crear las imágenes.

Eso no quiere decir que si se toman archivos JPG, ya no se puede editar. Desde la misma Instagram, o en VSCO o Snapseed, se puede hacer ligeras correcciones y aplicar estilos.

Lo importante es recordar que estas aplicaciones y programas son para revelar y hacer correcciones, pero la imagen la captura el fotógrafo, y es ahí donde principalmente se decide la calidad.

Las recomendaciones

Repasados los conceptos anteriores, es importante notar que las recomendaciones son una cámara con un sensor micro cuatro tercios y APS-C.

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Se descartaron las de formato completo porque crecen en precio, no solo en cuerpo sino también en lentes. La idea es ofrecer opciones por debajo de los mil dólares, y que ofrezcan un sensor con mayor versatilidad que la de un teléfono.

Sin un orden específico en calidad, las sugerencias son las siguientes.

  • Canon SL3 (US$549)

Canon es quizás la compañía fotográfica más famosa en la actualidad. Lo consiguió con modelos accesibles y rentables que acercaron a varias personas a una cámara DSLR, una línea en vías de extinción pero que todavía es bastante útil.

Por su precio, y por la variedad de lentes disponibles, la SL3 es una opción adecuada, intuitiva, sólida e ideal para practicar la fotografía con un equipo de calidad.

  • Fujifilm X-T100 (US$499)

Fujifilm es una compañía que ha crecido en la fotografía, principalmente por el impulso de las cámaras sin espejo con un sensor APS-C, dando opciones compactas y de calidad.

La X-T100 es un modelo que destaca por la sencillez del cuerpo, la calidad de las imágenes y la posibilidad de usar la múltiple línea de objetivos de la compañía.

  • Panasonic Lumix DC-Gx9 (US$797)

Así como Fujifilm lo hizo con los sensores APS-C, Panasonic creció con las cámaras con micro cuatro tercios, de menor tamaño pero que terminan siendo más compactas y con lentes ligeros.

Además de ser notables en la captura de video, también ofrecen un buen proceso de imágenes con archivos RAW de una robustez notable. Por su diseño, además, son entretenidas de usar.

  • Sony A6400 (US$898)

Si de aprovechar el mercado sin espejo se trata, Sony lo logró con su línea alpha de cámaras.

La A6400 es un maravilla tecnológica, con grandes facilidades de autoenfoque y video. Su precio ya lo exige, sin embargo, así que es una compra meditada.

  • Fujifilm X-T30 (US$899)

Después del éxito de la X-T3, Fujifilm se consolidó con la versión compacta en la X-T30.

En un 85% con las funciones de la hermana mayor, esta cámara ofrece una variedad de opciones para dedicarse plenamente a la fotografía.

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