Niños enfrentan con valentía sus padecimientos en hospital de Xela

A pesar de la difícil situación que representa estar internado en un centro asistencial, los niños de la Pediatría del Hospital Regional de Occidente (HRO) enfrentan con mucha valentía y positivismo su padecimiento.

Los niños que están internados en la Pediatría del HRO enfrentan con mucha valentía su enfermedad. (Foto Prensa Libre: María Longo)
Los niños que están internados en la Pediatría del HRO enfrentan con mucha valentía su enfermedad. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Lorena Urrutia, madre de Joshua, de 5 años, quien desde hace más de un mes permanece en la pediatría del HRO, dijo que la mayoría de los niños que están internados en ese centro asistencial son un ejemplo de valentía, pues a pesar de sus dolencias siempre están sonrientes, lo cual les ayuda en su recuperación.


“A donde quiera que llegan hacen amigos sin importar las circunstancias, no se les olvida que son niños”, expresó Urrutia, mientras su pequeño juega con dos globos en una de las camas de preescolares de la pediatría del hospital, donde se recupera de una operación luego de que su apéndice se perforara. 

Al lado de Joshua se encuentra Camila, quien se recupera de un tratamiento para restablecer uno de sus uréteres, pero que a pesar de su situación delicada sonríe.

Para los padres de familia de los 44 menores que se encuentran en el área preescolar y sala cuna, ver a sus hijos pasar momentos difíciles es doloroso pero muchas veces son ellos quienes los motivan, pues su positivismo los contagia.

“Estar aquí es difícil, pero a pesar de eso los pequeños se alegran y hacen un esfuerzo para levantarse y jugar. Muchas veces uno piensa que molestan, pero cuando se enferman lo primero que uno extraña es verlos sonreír y jugar”, dijo Rosa Ajtún, madre de uno de los niños con problemas en los riñones.

Se adaptan

Aunque algunos pacientes tienen un proceso más rápido y son más positivos, todos generan ternura porque luchan por sobrevivir y crear un ambiente diferente en el hospital.

Para algunos niños en encamamiento como Ángel López, 5, y Sergio Hernández, 10, estar en el hospital no es inconveniente para jugar.

“Me gusta jugar pelota con los demás niños que están aquí, lo que no me gusta es que las enfermeras me pongan inyecciones”, refiere López, quien ha sido hospitalizado en tres ocasiones por crisis de asma.

“Es difícil porque por su enfermedad ha estado varias veces hospitalizado, en especial en esta época de lluvia y frío. Lo más difícil es cuando no puede jugar porque hay que canalizarlo; sin embargo, siempre está sonriente”, dijo Cleidi Villatoro, su madre.

Mario Villatoro, 10, asegura que  lo que más extraña es ir al colegio y ver a su familia, pero que pesar de eso aprovecha el momento para jugar en el espacio recreativo del hospital.

Para Giovani Ortega, director del HRO, la recuperación incluye además del tratamiento médico el psicológico o anímico, que comprende el estado de ánimo y un aspecto espiritual.

“En el caso de los niños, si tienen un buen ánimo mejoran con mayor rapidez, pues no se debe olvidar que la etapa de niño continúa, aunque estén hospitalizados y por eso siguen actuando igual. Lo importante es que se cree un ambiente infantil para que se mantengan activos y felices”, dijo Ortega.

Admirables 

Además del dolor de ver sufrir a sus pequeños, los padres enfrentan otros problemas entre ellos la separación de sus demás hijos, dejar de trabajar, con lo cual llegan dificultades económicas para adquirir medicamentos o exámenes.

“Uno tiene que trabajar para mantener a sus familias y al estar aquí no se puede tener ingresos, al contrario son gastos y cansancio”, dijo Juana Aguilar, madre de Eulogio Velásquez, 4, quien desde hace un mes se quemó sus piernas con agua caliente.

Aguilar añadió que la mayoría de padres cuando ven a sus hijos sonreír también olvidan por un momento los problemas que enfrentan.