“La pérdida estimada se debe al impacto directo de la pandemia en el turismo y a su efecto dominó en otros sectores estrechamente relacionados con él” refiere la comunicación.
Para el 2020 se estimó una pérdida de alrededor de US$2.4 billones en el 2020, mientras que para el 2021 se advierte que puede producirse una pérdida similar, al señalar que la recuperación del sector turístico dependerá en gran medida de la aplicación de las vacunas del covid-19.
El efecto para el presente año se ha calculado una pérdida de entre US$1.7 billones y US$2.4 billones, con respecto a los niveles del año 2019.
Las pérdidas son peores de lo que se esperaba ya que en julio del año pasado, la entidad estimó que una paralización de entre cuatro y doce meses del turismo internacional costaría a la economía mundial entre US$1.2 billones y US$3.3 billones, y ya van 15 meses de cifras menores de turistas.
Los resultados se basan en simulaciones que reflejan solo los efectos de la reducción del turismo, sin considerar políticas que podrían suavizar el impacto de la pandemia en el sector, como los programas de estímulo económico.
Según el informe, la vacunación es más pronunciada en algunos países que en otros, por lo que, agrega, las pérdidas económicas derivadas del turismo se reducen en la mayoría de los países desarrollados, pero se agravan en los países en desarrollo, donde la ausencia de vacunas está manteniendo alejados a los turistas.
Se expone que las tasas de vacunación contra el coronavirus son desiguales entre los países, oscilando entre menos del 1% de la población en algunos países y más del 60% en otros. El impacto económico se magnifica en los países en desarrollo, ya que estos podrían representar hasta el 60% de las pérdidas del producto interno bruto mundial.
Se prevé que el sector turístico se recupere más rápidamente en los países con altas tasas de vacunación, como Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Pero los expertos no esperan volver a los niveles de afluencia turística internacionales previos a la pandemia hasta 2023 o incluso después, según divulga la OMT.
Los principales obstáculos son las restricciones a los viajes, la lentitud en la contención del virus, la poca confianza de las personas para viajar y un entorno económico deficiente.
“El mundo necesita un esfuerzo de vacunación global que proteja a los trabajadores, mitigue los efectos sociales adversos y se tomen decisiones estratégicas en relación con el turismo, teniendo en cuenta los posibles cambios estructurales”, dijo la secretaria general interina de la Unctad, Isabelle Durant, según agrega en el boletín.
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“El turismo es un salvavidas para millones de personas, y avanzar en la vacunación para proteger a las comunidades y apoyar la reanudación segura del turismo es fundamental para la recuperación de puestos de trabajo y la generación de recursos muy necesarios, especialmente en los países en desarrollo, muchos de los cuales dependen en gran medida del turismo internacional”, expuso el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
Tres escenarios
El informe de la Unctad evalúa los impactos económicos de tres posibles escenarios para el 2021:
- El primero, proyectado por la OMT, refleja una reducción del 75% en las visitas turísticas internacionales.
Esta es la previsión más pesimista basada en la reducción del 2020. En este escenario, una caída de los ingresos turísticos mundiales de US$948 mil millones provoca una pérdida en el PIB real de los US$2.4 billones mencionados, es decir un aumento de dos veces y medio, aunque la relación varía mucho según los países.
- El segundo escenario refleja una proyección menos pesimista por parte de la OMT. Consiste en una reducción del 63% de las visitas turísticas internacionales.
- Y el tercer escenario es formulado por la Unctad y considera tasas variables de turismo nacional y regional en 2021. Se estima una reducción del 75% del turismo en los países con bajas tasas de vacunación, y una reducción del 37% en los países con tasas de vacunación relativamente altas, en su mayoría países desarrollados y algunas economías más pequeñas.
Además, la reducción del turismo provoca un aumento promedio del 5.5% del desempleo de la mano de obra no cualificada, aspecto que también varía desde el 0% al 15%, según la importancia del turismo para la economía.
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El efecto se trata de un multiplicador que depende de los efectos derivados en el sector turístico, incluido el desempleo de la mano de obra n o cualificada y que conlleva la caída de la demanda en sectores vinculados, como la industria alimenticia, de bebidas, el comercio minorista, las comunicaciones y el transporte.