Justicia

Estos son los protocolos de la PNC para negociar y disuadir a manifestantes en bloqueos

Este año el Ministerio de Gobernación ha gastado Q35 millones en la compra de equipos para la PNC, que incluyen escudos blindados y bombas para dispersar personas durante disturbios.

Los agentes antimotines solo pueden actuar hasta agotar el diálogo, según los protocolos policiales.

Los agentes antimotines solo pueden actuar hasta agotar el diálogo, según los protocolos policiales.

En medio de la resolución de la Corte de Constitucionalidad que ordenó al Ministerio de Gobernación a que coordinara a la Policía Nacional Civil (PNC) dispersar los bloqueos carreteros, la Policía cuenta con un protocolo para disuadir las manifestaciones, aunque en otras protestas organizaciones de la sociedad civil han denunciado que estos no se cumplen y anticipadamente se recurre a la fuerza.

Según los protocolos de la PNC, al momento de retirar un bloqueo debe actuar en primera línea el núcleo de reserva, que son los agentes con vestimenta gris perla y que no portan ningún armamento, debido a que son los encargados de mediar por última vez para que los inconformes quiten los taponamientos sin recurrir al uso de la fuerza.

Por lo general, este grupo lo lidera un mando policial y es quien lidera el núcleo de reserva y las negociaciones; si no llega a un acuerdo con los manifestantes debe ofrecer un compás de espera que va entre 30 minutos a una hora para que se retiren, de lo contrario intervendrán otras fuerzas policiales.

Si los manifestantes agreden a estos agentes que están encargados de la negociación, la instrucción es que de inmediato deben retirarse, pues no tienen cómo defenderse, de acuerdo con el protocolo.

Si se presenta esta situación, o los inconformes no quieren retirarse, debe ingresar otro escuadrón, este está conformado por 12 agentes de la comisarías que tienen a cargo la jurisdicción de la zona donde acontecen los problemas.

Estos agentes, según expertos policiales, llevan vestimenta similar a los antimotines que portan escudo y lanzabombas, sin embargo, no es su función como tal el reprimir a los manifestantes, es el segundo anillo de intervención.

Si la cantidad de manifestantes supera el número de agentes de cada comisaría, se pide el apoyo de las Fuerzas Especiales de Policía (Difep), conformada por los módulos de intervención rápida, que cuenta con 18 agentes que se movilizan tácticamente para disuadir a los manifestantes.

La cantidad de módulos que se envíen dependerá de la cantidad de manifestantes. Estos agentes portan lanzabombas y han sido capacitados constantemente en funciones de disuasión de personas.

El primer anillo de seguridad, que son los núcleos de reserva, se utilizan para efectuar capturas luego de la intervención de las Difep.

Organizaciones como la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos (Udefegua), han denunciado públicamente que la PNC actúa con fuerza sin cumplir con los protocolos establecidos, y uno de los antecedentes, según la entidad,  fue durante las protestas que ese efectuaron el 21 de noviembre de 2020, cuando organizaciones sociales señalaron al Congreso de  aprobar a puerta cerrada el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación 2021.

Compras millonarias

Este año el Ministerio de Gobernación ha gastado Q35 millones 818 mil en la compra de equipos para la PNC, las cuales se han adjudicado a la empresa Tactical Group,  que es la entidad más beneficiada en obtener adjudicaciones del gobierno por equipos de seguridad.

En julio último, Gobernación pagó Q29 millones 844 mil por proyectiles de humo, granadas de gas lacrimógeno de triple acción y granadas de humo blanco.

En mayo también compró 533 escudos blindados para uso del personal policial, a un costo de Q5 millones 974 mil 397.

Efectos nocivos

El compuesto químico que se usa en las bombas lacrimógenas es el clorobenzilideno malononitrilo. Un experto de la PNC explica que los síntomas nocivos al tener contacto con esos gases surgen después de 20 o 30 segundos y dependiendo de la velocidad del viento, el humo alcanza entre 60 y 300 metros cuadrados.

Los daños empiezan con una irritación de ojos, pómulos, secreción en la nariz, irritación en la boca y por consiguiente se afectan las vías respiratorias, por lo que se genera una sensación de pérdida de la respiración y ahogo.

El gas lacrimógeno en algunas personas también provoca picor o ardor en la piel e incluso, puede causar ampollas y alergias.

Los síntomas se alivian por lo general después de 10 o 15 minutos después de la exposición, sin embargo, un contacto prolongado con el gas lacrimógeno puede causar vómitos, diarrea, quemaduras a largo plazo en la piel y daños oculares graves.

No obstante, también se han reportado muertes o daños severos cuando las bombas impactan en la cabeza o en los ojos de una persona.

En las protestas del 21 de noviembre de 2020, por ejemplo, una bomba lacrimógena impactó en el rostro de Kenneth López y Carlos Manuel González, quien perdió la visión en el ojo izquierdo.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.