Política

La Constitución cumple 38 años entre desgaste y dudosas interpretaciones

Constituyentes ven necesaria una reforma pero no perciben las condiciones políticas y jurídicas adecuadas para que se impulsen los cambios.

Actualmente la Corte de Constitucionalidad está liderada por Héctor Hugo Pérez Aguilera. Fotografía: Prensa Libre..

Actualmente la Corte de Constitucionalidad está liderada por Héctor Hugo Pérez Aguilera. Fotografía: Prensa Libre..

La semana pasada la Constitución Política de la República de Guatemala cumplió 38 años, pero lejos de que sus bases legales sean los pilares de una nación, sus interpretaciones antojadizas han ido fragmentando la democracia, opinan tres constituyentes que fueron consultados a propósito del aniversario de la ley suprema, que se celebró el 31 de mayo.

Los tres coinciden en que la Constitución creada en 1985 era perfecta, tenía fundamentos de Derecho que a su consideración forjaban los cimientos de una democracia de altura y de un robusto sistema jurídico. Aunque dicen que esos textos necesitan reformas, indican que actualmente no hay las condiciones para que sea modificada.

También coinciden en que, con las reformas que se dieron en 1994, tras el autogolpe de Jorge Serrano, se mató el espíritu original de la Constitución.

Actualmente, la Corte de Constitucionalidad (CC), el órgano máximo de Guatemala que está para velar por el cumplimiento de la Constitución, es objeto de críticas, debido a una serie de resoluciones que, a criterio de las fuentes, han minado el estado de Derecho y hasta la democracia.

Incumplimientos

Entre algunos de los artículos de la Constitución que no se han cumplido resalta, a criterio de los entrevistados, el 208 que habla del periodo de funciones de las autoridades del Organismo Judicial (OJ),  el cual se estipula, será de cinco años.

El 113 es otro de los que se duda de su cumplimiento, según los constituyentes, el que habla de los méritos de capacidad, idoneidad y honradez, que sirve de filtro para optar a un cargo público o de elección popular, y que cobra mayor relevancia cuando con cada proceso electoral.

También ha sido objeto de debate las prohibiciones constitucionales para optar al cargo de presidente y vicepresidente que están contenidas en el artículo 186, incisos a), c) y f), y que hacen referencia a los familiares, de hasta un cuarto grado de consanguinidad, de aquellos que participaron en un golpe de Estado, y a ministros de culto o religión.

Privatización del Estado

Para Aquiles Faillace, uno de los constituyentes entrevistados, las reformas de 1994 son el inicio de una serie de errores sistemáticos, porque lejos de fortalecer el Estado de Derecho ha servido para minar a la nación.

“La reforma constitucional nos robó tres cuartas partes del sueño constituyente porque destruyó al Organismo Judicial (OJ) y todos los problemas que vivimos hoy se pueden retrotraer a ese momento”, señaló.

Incluso las próximas elecciones generales que se celebrarán en Guatemala el próximo 25 de junio serían completamente distintas, si no se hubiera tocado la Constitución.

“Destruyó el sistema político —la reforma de 1994— porque todos los problemas de clientelismo, alcaldes que nunca dejan el cargo y diputados… se destruyó porque en la Constitución de 1985, la mitad del Congreso y la mitad de los alcaldes se renovaban cada dos años”, recordó Faillace.

También criticó la creación de las comisiones de postulación, un término que no aparece en la Constitución original, ya que es “privatizar las decisiones públicas. “Ahora, 32 universidades privadas nombran a los máximos oficiales públicos”, indicó.

“Lo que tenemos al día de hoy es un remedo de Constitución, un remedo de república y un remedo de democracia que pinta el panorama electoral de hoy, elegir entre el sida, el cáncer y el herpes”, puntualizó el constituyente.

Poco claros

Roberto Alejos, constituyente y expresidente del Congreso, coincide que en 1994 se mató el espíritu de la Constitución original y “hoy estamos pagando las consecuencias”.

“La aplicación de la Constitución ha tenido altas y bajas en estos casi 40 años”, considera Alejos, quien estima que un error que cometieron los constituyentes fue “no ser del todo claros”.

Por ejemplo, considera que se necesita ser más preciso cuando se habla de quienes no pueden optar al cargo de presidente y vicepresidente; qué es una persona idónea, hasta el rol y peso que se le ha dado en la actualidad al finiquito.

“Los constituyentes no pretendimos parar la participación de nadie, con excepciones como el caso de militares hasta después de cinco años de retiro”, es necesario que estos temas mejoren, a consideración de Alejos.

“La Constitución no se respeta, y la no elección de magistrados de la CSJ y magistrados de Sala digamos que es el ejemplo más grande y claro”, aseveró.

Para el exdiputado es preocupante el que Guatemala “va en camino a una anarquía”, porque la ley ya no se respeta, empezando por la Constitución”.

Mala interpretación

Según la visión de Carlos Molina Mencos, el otro constituyente consultado, en el país “tenemos una excelente Constitución”, pero “el gran problema es que no se aplica de la manera correcta”.

“Hemos desperdiciado la Constitución y se ha violado por capricho de todos, la aplican de acuerdo a lo que me favorezca y no de acuerdo a lo que dice”, expuso el jurista.

Esta serie de interpretaciones, que desde su punto de vista podrían ser inclinadas, sesgadas o hasta antojadizas, afectan al sistema guatemalteco, porque afirma que la ley se tiene que respetar al pie de la letra.

“Tenemos una CSJ con años de excedente en el nombramiento; hay amparos que presenta el Estado cuando el amparo está hecho para que la persona se defienda”, refirió.

Recomendaciones

Los tres constituyentes recomendaron a los actuales magistrados de la CC y otras cortes reorientar el sentido de la Carta Magna.

“La república se basa en el respeto a la Constitución y cuando los magistrados no llenan los requisitos, llegan a destruir la república; en el TSE con doctorados falsos y en la CSJ usurpando el poder por años, entonces desconocen la ley y, por lo tanto, la violan”, señaló Faillace.

Para Alejos, “en la CC siempre quisimos un órgano de control, así como lo hicimos, pero es necesario que se hagan reformas profundas a esa ley para que la CC no siga siendo la corte celestial que es, en donde todo para”.

Por último, Molina Mencos pidió que la Constitución se aplique “como debe ser”.  “Que la apliquen como debe de ser, la letra muerta, eso es lo que hay que hacer toda la vida, no tratar de interpretarla para favorecer a alguna persona o a un momento”.

ESCRITO POR:

Douglas Cuevas

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y del sector justicia, con 15 años de expreiencia en periodismo escrito, televisivo y radial.