¿Cómo visualiza el desarrollo de la campaña?
Va a ser una campaña y un proceso inédito, porque han cambiado mucho las reglas. Hay un nuevo régimen de medios, un nuevo calendario, está el voto en el extranjero y el valor del voto nulo; o sea que hay todo un cambio. Tenemos una legislación novedosa que fue promulgada por el Congreso de la República y que nosotros como Tribunal Supremo Electoral tenemos que aplicar.
Naturalmente, es una legislación que tiene sus partes polémicas y que han sido difíciles de aplicar por las organizaciones políticas, pues cambia la forma en que durante muchos años habían desarrollado durante los proceso electorales. La campaña anticipada, por ejemplo, antes comenzaba un año y medio antes o quizás más, pero ahora se puede ver que no fue así.
¿Qué espera de quienes participen en la campaña?
Debemos ser optimistas y creo que el hecho de que la mayoría haya firmado un acuerdo para un proceso ético, transparente y en paz es una buena esperanza y augurio.
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Tampoco podemos ser tan ingenuos y creer que no va a haber conflictividad, porque esta siempre se ha registrado durante los procesos electorales, principalmente en las elecciones municipales, donde algunas de las causas es la reelección y otros problemas como los linderos o los recursos naturales, pero la realidad es que siempre ha habido conflictividad.
¿El valor del voto nulo podría aumentar el riesgo?
Provocar conflictos no, pero sí cambia la dinámica, porque en algunas comunidades quizás se tendrían que repetir los comicios.
¿Es bueno para la democracia la participación de 26 partidos?
Es un tema bien complejo, porque Guatemala, a nivel de América, es uno de los países que tiene más partidos políticos; sin embargo, muchas de estas organizaciones tienen una vida muy efímera, porque no logran fortalecerse como verdaderas organizaciones políticas. Muchas, durante el tiempo que no hay proceso electoral, se mantienen inactivas, pero reviven cuando se acerca el proceso electoral. Lo deseable es que todo el tiempo estén capacitando, extendiendo y atendiendo a sus bases y participando en debates nacionales o locales.
¿Esperan una campaña complicada?
Esperamos que sea tranquila, pero es probable que tengamos cierto nivel de conflictividad, porque siempre ha habido en los procesos electorales.
El llamado, y la esperanza, es que evolucionemos cada vez más en nuestra democracia y que el proceso electoral se realice tranquilo, con ética.
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¿Qué pide a los partidos políticos?
Que cumplan con el papel de ser intermediarios entre la ciudadanía y el Estado y que efectúen una campaña transparente, ética y en paz, porque su papel es muy importante en la vida nacional. Ellos son un ejemplo para las nuevas generaciones, que ahora tienen cierto desencanto con el sistema político; muestra de ello es que no se empadronan.
¿Qué diferencia el proceso actual del anterior?
Ahorita posiblemente haya alguna transgresión, pero no como en el 2015, cuando a esta altura los partidos llevaban año y medio o más de precampaña y regalaban bolsas de alimentos, láminas y otros productos. Vivimos un momento de cambio, de transformación del sistema político.
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