HAGAMOS LA DIFERENCIA

Se vale soñar

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El país se debate en una incertidumbre impresionante. El ambiente político es incierto. El Corredor Seco de nuevo es afectado por una sequía sin precedentes. Las víctimas de la erupción del Volcán de Fuego son ya un tema olvidado pero las víctimas siguen padeciendo las consecuencias. Con pobreza extrema y desnutrición aguda. La economía sigue retrayéndose, los índices principales deteriorándose, desde el de desarrollo humano hasta algunos no tan relevantes como el puesto dentro del ranquin de la Fifa. Guatemala tiene un plan estratégico bien articulado, pero no funciona, con un presupuesto nacional que diverge con el mismo, ajustado a intereses particulares más que colectivos.

La Nación sigue polarizada. La mayoría de la población aplaude el “combate a la corrupción y ve en la Cicig una institución que ha logrado lo que ninguna otra, pero también le objetan la aplicación selectiva en sus investigaciones, no hay explicación de por qué Sandra Torres no es investigada y se comenta mucho sobre el montaje de escenarios criminales. La pregunta es: ¿Por qué es necesario un extranjero para este tipo de instituciones? Seguro tenemos personas especializadas que con el apoyo político adecuado pueden realizar este tipo de trabajo. En prisión preventiva han pasado ya varios años personas inocentes y aún en las calles campean personas que han reñido con la ley”. Por otro lado, vemos en la muchedumbre un comportamiento similar de corrupción, cuando están ante un evento en el que pueden robar; por ejemplo, hemos visto cómo corren a robarse la carga de los camiones cuando sufren un accidente, en lugar de acudir a auxiliar. Ciudadanos que al ocupar un cargo político se convierten en lo que antes criticaron. Se especula que Thelma Aldana preparó desde el Ministerio Público el camino hacia su candidatura presidencial, y le recriminan su coqueteo con la población LGTB. La compra del edificio ha puesto en evidencia que en todo lugar se “cuecen habas”. Vemos a un presidente manipulado, con una agenda retorcida, pero que en momentos inadecuados se sale del guion para despotricar contra personas e instituciones, con expresiones fuera de lugar que incomodan a más de alguno. Siendo exalumno de la Universidad de San Carlos envía un mensaje que enardece a esta comunidad, aunque correcto en el costo que significa para el país, contraproducente al no evaluar los aspectos sociales, económicos y de oportunidad que esta casa de estudios puede ofrecer.

Como se vale soñar, sueño que, de cara a las nuevas elecciones, los empresarios progresistas, los académicos honestos, los ciudadanos correctos decidan apoyar el surgimiento de nuevos liderazgos y que con la tecnología actual pueda llevarse un mensaje de conciliación y llamado al trabajo, y poner al país en la senda del desarrollo. Con las redes sociales pueden transmitirse de inmediato llamados a apoyar. Si aparecen nuevos dirigentes con el carácter suficiente para no dejarse influenciar por los círculos tradicionales de poder pueden sentarse las bases para visualizar un mejor futuro para el país. Como se ha expresado en otras ocasiones, “un grupo de notables” puede ser convocado para articular un adecuado proyecto de nación. Los puestos importantes pueden asignarse en función de méritos académicos y profesionales. El país tiene el potencial suficiente para convertirse, en poco tiempo, en ejemplo del mundo.

No se necesita mucho, solo voluntad para aglutinar un grupo de tecnócratas, con el apoyo de profesionales, empresarios progresistas, personas honorables e íntegras. Con reglas claras en cuanto al manejo de los recursos estatales. Descartar a los actores de la vieja política y evidenciarlos ante la población. Castigar severamente las transgresiones. Cuestionar todos los procesos actuales y luego hacer una reingeniería de Estado.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.