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“Nos convertimos en el objetivo del régimen de Maduro”: Sonia Osorio, periodista venezolana

Comunicadora venezolana advierte de los peligros de que una sociedad consienta ataques a la prensa y cómo esto fue el inicio de la degeneración de la democracia en su país.

Un policía reacciona con violencia en contra de periodistas que cubrían una manifestación en ciudad de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Un policía reacciona con violencia en contra de periodistas que cubrían una manifestación en ciudad de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Sonia Osorio, periodista venezolana radicada en EE. UU., conversó con Prensa Libre acerca de la experiencia que cientos de colegas han sufrido en su país a raíz de la intolerancia hacia las críticas y voces disidentes del régimen de Nicolás Maduro.

La comunicadora coincide en que la prensa independiente se convierte en el primer objetivo de los regímenes autoritarios porque una vez silenciados pueden hacer lo mismo con toda la sociedad.

Osorio, presidenta de la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Extranjero (Apevex), recalca en que el periodismo es un pilar fundamental de la democracia y confía en que Guatemala no llegue a los niveles a los que ha llegado su país.

¿Cuáles son sus comentarios acerca de lo que está ocurriendo en Guatemala?

En primer lugar, expresamos nuestra solidaridad y apoyo a los colegas de Guatemala y repudiamos el brutal acoso judicial en su contra. En segundo lugar, decir que esta situación no es ajena en Venezuela, ha sido constante y se ha profundizado a partir de 2014-2015, cuando el régimen recrudeció la persecución en contra de estudiantes y manifestantes, incluso hubo torturas. Los periodistas no convertimos en el objetivo del régimen de Maduro, con golpizas cuando se cubrían las protestas, detenciones sin respetar el debido proceso, decomiso y destrucción de equipos de trabajo. Esto fue escalando hasta llegar al acoso judicial, que es lo que ustedes están sufriendo ahorita.

¿Después del uso de la maquinaria de justicia contra los periodistas qué siguió?

Se empezó a utilizar el poder judicial para perseguir y criminalizar el ejercicio del periodismo. —Ahora— En Venezuela hay una ley que se utiliza contra los periodistas para penalizarlos con lo que se considera que están instigando al odio, pero es algo muy amplio y por eso es muy peligroso.

La situación sigue escalando al extremo que comenzaron a detener y arrestar periodistas y les inventaban casos y evidencias y no les decían de qué los acusaban. En la asociación tenemos un afiliado que pasó varios días esposado a una escalera en un centro de detención de la policía venezolana. Logró salir, pero solo te excarcelan no te liberan porque tiene que estar yendo con las autoridades.

Hay un reportero que tiene más de dos años en esto y no puede salir del país, no puede hablar de su caso con nadie, te impiden hablar por las redes sociales. ¿Qué es lo que buscan con esto? Silenciar a la prensa y a todas las voces disidentes que hay en estos países con este tipo de gobiernos, entre comillas. Es una persecución judicial para mantener a la gente silenciada y —en los periodistas— propiciar la autocensura.

¿Podemos afirmar que una dictadura empieza con los ataques a la prensa independiente?

Por lo general sí, porque somos los fiscalizadores de los políticos y de la sociedad, y cuando tienes este tipo de regímenes pues obviamente lo que menos quieren es un fiscalizador. Porque esto no se trata solo de si hacen o no un buen gobierno, sino de casos de corrupción, de violaciones graves a los derechos humanos y eso no quieren que se divulgue.

¿Después de la prensa siguió la sociedad civil?

Primero comenzaron con la represión para acallar las protestas, luego las detenciones de políticos o defensores de derechos humanos, hoy la mayoría están en el exterior y las pocas voces disidentes que quedan siguen siendo acosadas y perseguidas. De hecho, hay un proyecto de ley que posiblemente lo apruebe la asamblea chavista para evitar que las organizaciones civiles reciban apoyo de ningún tipo y mucho menos desde el exterior lo que limitaría terriblemente la participación ciudadana. Esa es otra forma más de acorralar y de limitar a las oenegés que defienden los derechos humanos y denuncian las violaciones.

 

¿Cómo está la situación hoy en día, aún queda margen para la libertad de expresión?

Hay, pero con consecuencias. No tenemos medios independientes o hay muy pocos. El año pasado hubo una brutal persecución contra radios y cerraron más de 70 emisoras que era el reducto —de libertad de expresión— que le quedaba a la sociedad civil venezolana. El Instituto de Prensa y Sociedad de Venezuela divulgó un reporte que dice que se han documentado restricciones administrativas, discursos estigmatizantes, agresiones físicas y verbales a 142 reporteros; además, a 162 medios de comunicación y cinco organizaciones de defensores de derechos humanos y dos organizaciones gremiales. A la fecha van 257 casos con 373 violaciones a la libertad de expresión y de información.

¿A la luz de todo lo que ha narrado, qué se le viene a la mente cuando escucha lo que está pasando en Guatemala en estos días?

—Qué es— exactamente lo mismo que pasó en Venezuela. Pienso en cómo es que está comenzando en Guatemala el acoso brutal contra la prensa y ¿Qué va a venir después? ¿Acaso seguirán otros sectores de la sociedad civil? Creo que esto debe ser un llamado de atención a estar pendientes de si esto va a escalar hacia otros sectores sociales.

¿Cree que esto es motivo suficiente como para que encendamos las alarmas?

Yo pensaría que sí, porque debido a que el periodismo y la libertad de prensa se toma como uno de los pilares fundamentales de una democracia, en el momento en que se empieza a atacar ese pilar y tratan de socavarlo es una señal de alarma de algo que puede tener consecuencias para esa democracia.

¿En Venezuela, antes de la arremetida contra medios y periodistas cómo era la situación?

Se les daba el respeto a los medios de comunicación. Había medios nacionales, la gente podía estar informada, tenía acceso a múltiples voces económicas, políticas… había pluralidad de opiniones y eso ya no sucede hoy. Hoy en día hay una hegemonía comunicacional en Venezuela.

¿Cree que la libertad de expresión no es algo que esté garantizado, sino por lo que hay que luchar? ¿Qué llamado podría hacer a Guatemala?

La libertad de expresión es algo que hay que preservar y para ello hay que luchar, para mantenerla, pero sobre todo en circunstancias como las que viven en Guatemala, hay que defenderla y la tiene que defender toda la sociedad. Como decimos los periodistas, cuando agreden a un periodista en un país nos agreden a todos y la sociedad civil debe tomar en consideración que somos los garantes de su derecho a la libre información y expresión y por eso deben apoyar a los periodistas y medios de comunicación.

Periodistas venezolanos participan en una protesta en la cual exigen libertad de expresión y de prensa. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Periodistas protestan en frente a la Corte Suprema de Justicia por la persecución judicial de algunos periodistas. (Foto Prensa Libre: Maria José Bonilla)

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