
Un repaso por la huella identitaria y el pensamiento modernista de uno de los grandes nombres del arte de Guatemala, nacido un 20 de noviembre.
Durante el gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes, Tecún Umán fue declarado héroe nacional de Guatemala. Esta decisión venía acompañada del dictamen que llevaba a instalar estatuas del guerrero k’iche’ en cada cabecera departamental de Guatemala. En la capital, la ubicación elegida fue un punto emblemático en La Aurora, hacia el fin del montículo prehispánico conocido como La Culebra.
Fue en esa intersección geográfica, donde confluían dos períodos históricos, que el arquitecto Roberto Aycinena —entonces involucrado con la gestión municipal— decidió que se erigiera una estatua tallada por el artista Roberto González Goyri. Un año antes de que se tomara la decisión de instalar las estatuas en las cabeceras municipales, González Goyri había concluido Nacionalidad guatemalteca, el mural que dotó de otro sentido al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
La pericia del artista con las obras públicas se había consolidado con aquella primera obra. Cinco años después de haber sido declarado Tecún Umán héroe de la nación, González Goyri creó una figura de más de seis metros de alto que recordaba la fuerza y la resistencia del líder, misma que metaforizó con la materialidad rocosa. También, en 1963, el artista dio por finalizados los murales de la fachada poniente del Banco de Guatemala, en el Centro Cívico.
José María Magaña, arquitecto, conservador de monumentos y experto en cascos históricos urbanos, argumenta que el trabajo de Roberto González Goyri se ha convertido en un símbolo del imaginario colectivo de la Ciudad de Guatemala desde hace más de 60 años. Magaña recuerda que fue durante la década de 1960 que se popularizó el uso del concreto expuesto en la arquitectura del país, algo en lo cual González Goyri fue pionero.

El Centro Cívico es una obra urbanística que fue creada a partir de la colaboración entre arquitectos, ingenieros y artistas plásticos, entre ellos, Roberto González Goyri, quien diseñó la fachada del Crédito Hipotecario Nacional y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
Foto Prensa Libre: Cortesía Asociación González Goyri
Magaña lo reconoce como un hombre congruente y consecuente con su tiempo. “Un artista que, con habilidad y elegancia, trabajó en equipo y aplicó una técnica inédita en Guatemala”, pondera el arquitecto.
El legado de obras públicas de González Goyri abarca, además, la fachada oriente del Crédito Hipotecario Nacional (CHN), creada en 1964; el mural en concreto expuesto y fundido in situ sobre una de las laterales del Instituto Guatemalteco Americano (IGA), en 1973; así como otras intervenciones con distintos materiales, que iban desde el hierro y el mosaico hasta la madera.
Tales fueron los casos de sus intervenciones en el edificio Roma (o edificio Picciotto Hermanos), concluido en 1958 en la zona 1 capitalina; el mural Los conquistadores, creado en 1972 para el Hotel Conquistador Sheraton; el altar de madera de la iglesia de la Villa de Guadalupe, en la zona 10 capitalina; o el mural sin título para el edificio de Novatex.

Cinco años después de haber sido declarado Tecún Umán el héroe nacional de Guatemala, Roberto González Goyri esculpió la figura del guerrero para ser luego colocada en la zona 13 capitalina.
Foto: Cortesía Asociación González Goyri
Considerado uno de los máximos exponentes de la Generación del 40, Roberto González Goyri dejó una huella profunda en el arte moderno de Guatemala, y fue clave en un movimiento que transformó el panorama de las artes plásticas en el país. Este grupo de artistas e intelectuales dio vida a un período de efervescencia creativa, al impulsar ideas innovadoras y proyectos que alcanzaron su cúspide en la construcción del Centro Cívico.
Según el historiador de arte Guillermo Monsanto, esta generación, que incluía también a figuras como Carlos Mérida supo plasmar en sus obras el mismo espíritu de modernidad que caracterizaba a proyectos emblemáticos de la época, como la construcción de Brasilia.
La construcción de su nombre
Nacido en 1924 en la ciudad capital, González Goyri se formó localmente en la Academia de Bellas Artes, pero fue becado en 1948 por el gobierno de Juan José Arévalo para continuar sus estudios artísticos en Nueva York. Al viaje hacia Estados Unidos también iba el artista Roberto Ossaye, quien, además, era amigo de González Goyri.
En el libro Reflexiones de un artista, donde se compilan varias memorias suyas, el artista aseguraba que, al llegar a Norteamérica, Ossaye y González Goyri experimentaron un choque cultural que marcó sus primeros días en la megalópolis, así como el resto de sus vidas.