Salud y Familia

Cómo enfrentar los cambios de ánimo de los adolescentes

En la adolescencia, el joven puede pasar de la tristeza a una alegría desbordante en segundos. La mayoría de estos comportamientos se dan por  cambios hormonales, pero si hay algún suceso disparador de estrés, estos cambios son  más evidentes.

“Los adolescentes necesitan independizarse, definir sus convicciones y empezar a construir su  espacio. Los adultos deben encontrar un balance para  estar cerca de sus hijos para ayudarlos si lo necesitan y, al mismo tiempo, estar  lo suficientemente lejos para darles la libertad que buscan”, explica Gloria Muñoz, psicóloga de la Clínica de Adolescentes de la Asociación Pro Bienestar de la familia (Aprofam).

Fases
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia en fases. La primera, de los  10  a los  14 o 15 años. La adolescencia media o tardía se extiende hasta los 19, y le sigue  la juventud plena, de los 20 a los 24 años.

Se trata de un periodo en el que, en algunos casos aparece la agresividad, rebeldía, aislamiento, desafíos de la  autoridad e irritabilidad.

Una las principales causas de los cambios de estado de ánimo  es porque al inicio de la pubertad, el cuerpo comienza a producir una serie de  hormonas, entre ellas la testosterona, en los hombres, y  el estrógeno en las mujeres. Estas, además de que son responsables de los cambios físicos, también inciden en los estados de ánimo. Por eso puede haber cuadros de irritabilidad, euforia, pero también cuando los niveles se van equilibrando, hay periodos de estabilidad.

 

A medida que las hormonas de la pubertad aumentan, los adolescentes también pueden experimentar piel grasosa y esto desencadena el acné. También puede  haber aumento de sudoración.

“En la adolescencia empieza el descubrimiento de la  identidad física y sexual, así como de la autonomía individual”, indica Muñoz.

Uno de los peligros de esta etapa  es la fuerte presión social a la que son sometidos los jóvenes y esto los puede llevar a  que tomen decisiones inadecuadas para su vida. Esta influencia la  reciben de sus amigos, y los padres pasan a segundo plano. De ahí la importancia de que estos  últimos abran canales de comunicación porque de lo contrario, la información que no reciban en casa la buscarán en otro lugar, con la probabilidad que sea errónea o distorsionada, enfatiza Muñoz.

 

Cuidar su autoestima

Trabajar la autoestima de los jóvenes para evitar que se desencadenen  problemas alimenticios, codependencia con la pareja, ansiedad y depresión, es tarea de  los padres de familia con apoyo de los educadores.

¿Cómo hacerlo? la respuesta es con disciplina, amor y cercanía, no necesariamente física, pues en estos tiempos modernos en que los padres pasan muchas horas fuera de casa por asuntos laborales, no están presenten, pero sí pueden estarlo a distancia.  La comunicación constante es clave para que los hijos se sientan seguros de sí.

Comprender la etapa que están pasando los hijos y que recuerden cómo fue  su adolescencia para entender qué necesitan  en ese momento, es necesario también así como demostrarles amor.

“Los chicos pueden percibir cuando los padres realmente se están poniendo en el lugar de ellos”, añade Muñoz.

 

Marcar límites

“Siempre deben existir condiciones para que reine la armonía. También se les debe apoyar en sus decisiones. Esto le permitirá cultivar el conocimiento a sí mismo y además es importante que sepan que cuentan con el apoyo de los padres en todo momento. Sin embargo, los límites también son parte de esa buena relación.

Los padres no deben temer al prohibirles ciertas actitudes si saben que no están bien. Esto  es parte de la buena comunicación.

Cambios

  • En muchos  adolescentes  hay  agresividad, rebeldía, aislamiento y desafíos a la figura de autoridad.
  • Brotan las  crisis de identidad, se sienten confundidos y necesitan experiencias.
  • Tienen necesidades  afectivas que no pueden ser cubiertas por los padres e incluso interés  por tener relaciones sexuales.
  • Emergen las  fantasías y crean un ideal o modelo de pareja, los cuales están influenciados por revistas, internet o medios publicitarios.

Algunos aspectos que caracterizan la adolescencia

  • Los jóvenes  buscan un código de vestimenta que los diferencie de los mayores, lo cual, a su criterio, les da un sentido de identidad. Eso  es bueno permitirles jugar un poco con esas modas aunque resulten un poco extrañas, pero siempre cuidando que esta forma de vestir no afecte su vida.
  • La opinión  de sus amigos es importante. El padre debe estar pendiente de que no existan manipulaciones negativas de parte de los compañeros que los lleven a conductas que los pongan en riesgo a ellos y/o a los demás.
  • Pasan mucho  tiempo en las redes sociales. Los padres deben conocer estas, controlar el tiempo que  pasan   en internet o con el celular y buscar  el balance entre su vida social y el uso de redes.
  • Requieren ser   escuchados. Los progenitores deben guardar sus comentarios hasta que ellos terminen de expresar libremente sus ideas.  Si el adulto demuestra enojo o rechazo cuando recién empieza a  hablar, no tendrá la oportunidad de conocer el final de la historia.
  • Necesitan  respeto en cuanto a  sus opiniones.  Los padres deben evitar juzgarlos.

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