La vivienda, que fue donada por el cantautor guatemalteco, está en la lotificación Villas del Puerto, en el kilómetro 82 de la antigua carretera a Puerto San José, Escuintla, donde hay cuatro familias más, que al igual que los López, sobrevivieron a la erupción. La familia de Esmeralda aún recuerda aquel día, en donde aseguran, se salvaron de milagro.
“Es increíble que a pesar de la distancia se escuchan los retumbos del volcán, y cuando eso sucede nos da miedo, pero nos damos ánimo entre todos y solo pensamos en las familias que viven en las comunidades cercanas al volcán”, comentó Nicolás López, padre de la menor.
Don Nicolás recuerda que ese 3 de junio estaban todos en su casa en San Miguel Los Lotes, y aunque era un fin de semana cómo cualquier otro, el volcán había pasado toda la noche y el resto del día en erupción.
“Fueron momentos de angustia cuando bajó el material volcánico. Nos quedamos dentro de la casa soportando el intenso calor, se escuchaban gritos y no sabemos cuánto tiempo pasó hasta que fuimos rescatados, pero se sintió eterno. Escuchamos cuando los rescatistas gritaban si había sobrevivientes y fue así como pudimos salir, y la primera en ser rescatada fue Esmeralda”, relató el señor López.
Etapa difícil
El padre de la niña cuenta que en su nuevo hogar han tenido que adaptarse a una nueva rutina. Los cuatro hermanos de la pequeña Esmeralda, que ahora tiene 1 año y 6 meses; Leslie, 5; Gabriela, 8; Milvia, 12; y Elías, 15, deben acudir a sus nuevas escuelas, donde aún están acostumbrándose a tener nuevos amigos y maestros.
Don Nicolás cuenta que le ha sido difícil conseguir un empleo formal, ya que toda su documentación la perdió el día del desastre. Comentó que él trabajaba en el hotel La Reunión, donde laboró por 10 años como operador de mantenimiento de campo de golf. “Mi trabajo me gusta, pero aquí no hay cerca ningún campo de golf”, dijo.
López comentó que las empresas del sector piden muchos requisitos, los cuales no puede cumplir. Relató que sólo cursó el segundo básico y que en el hotel le habían dado la oportunidad de seguir con sus estudios, por lo que estaba sacando el tercero básico, curso que tuvo que interrumpir debido al desastre.
“Estaba estudiando el tercero básico, ya que allí mismo en el hotel se tenía ese programa, pero todo se quedó allí; me quedé a medio año, ahora es difícil conseguir un empleo formal para darle una mejor vida a mi familia”, expresó cabizbajo.
Comentó que han podido salir adelante gracias a donaciones de alimentos que han recibido. También por una donación que le hicieron de ropa y zapatos para que lo pudiera vender.
“Una persona de buen corazón nos dio una mercadería para poderla vender y tener ingresos. Para ello nos vamos a la aldea Cuyuta, que está cercana, y algunas veces logramos vender algo y ahí vamos subsistiendo, pero yo quisiera un trabajo formal para tener algo fijo y no pasar penas en lo económico”, expresó.
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La familia López aún está pensado si irá este lunes a la zona cero para participar de la conmemoración que se celebrará a un año de la tragedia, ya que es algo que los pone tristes y aunque no perdieron a ningún familiar el día de le erupción, no quieren revivir esos momentos de angustia que pasaron en el lugar en el que pudieron perder la vida.
“Es muy probable que vayamos, pues queremos reencontrarnos con nuestros amigos que también sobrevivieron al desastre, pero esperamos encontrar las fuerza para poder ir y superar el trauma”, dijo López.
Pide trabajo
Después de todo lo vivido, el padre de Esmeralda ahora solo pide la oportunidad de tener un empleo digno que le permita llevar el sustento diario a su familia, por lo que hace un llamado a buenos guatemaltecos para que lo apoyen en este nuevo reto.
Para ello pone a disposición su número de teléfono 48824420.
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