Sandra Torres, candidata por el partido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), es la principal afectada por ese rechazo, la mitad de los entrevistados manifestó que no le entregarían su voto en estas elecciones, cuando en los comicios del 2015 comenzó con un rechazo por parte de los votantes del 22%.
Arriba del 10% del antivoto están: Thelma Aldana del Movimiento Semilla; Roberto Arzú de PAN-Podemos; Mario Estrada de UCN; Zury Ríos de Valor; Alejandro Giammattei de Vamos; Amílcar Rivera de Victoria y Edwin Escobar de Prosperidad Ciudadana.
El caso de Torres es el más emblemático. En la capital y centros urbanos de los departamentos, el nivel de antivoto de la candidata de la UNE es muy alto.
De acuerdo al género son los varones los que tienen mayor resistencia a votar por ella (53%) y la población comprendida entre los 24-35 años (51%), como también quienes se encuentran en un nivel socioeconómico alto y medio que llega al 88% y 70%, respectivamente.
El bastión de la UNE es en el área rural donde el rechazo es menor a la presidenciable, tres de cada diez personas manifestaron que no votarían por ella. El ofrecimiento de la reactivación de los programas sociales ha calado en la población de las zonas alejadas de las áreas urbanas, y se ha ganado su simpatía.
Su divorcio de Álvaro Colom los señalamientos de financiamiento electoral no registrado, por lo que se solicitó el retiro de la inmunidad luego de ser inscrita como candidata y sus programas sociales han pesado en su contra en la población de las áreas metropolitana y las zonas urbanas de los departamentos, donde el rechazo por Torres llega al 78% y 60%, respectivamente.
También rechazan a Aldana
La presidenciable por el Partido Movimiento Semilla, Thelma Aldana, tiene un antivoto del 32% en todo el país, dato que se incrementa en siete puntos porcentuales en la metrópoli, y desciende cuatro entre quienes habitan en las zonas rurales.
La candidata tiene el antivoto y su fortaleza electoral es por su labor como Fiscal General, en la cual trabajó muy de la mano con la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y su combate a la corrupción.
No hay mayor variación entre los votantes por edad y sexo que no emitirían su sufragio a favor de Aldana, pero al centrarse en los niveles socioeconómicos, los que se encuentran en BC1 (alto nivel adquisitivo) son los que evidencian mayor antipatía contra la candidata, contrario a quienes están en los niveles medio y bajo (C2/C3 y D).
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En cuanto al presidenciable Roberto Arzú, de la alianza PAN-Podemos, dos de cada diez entrevistados manifestó que difícilmente o que nunca votarían por él. Es en la metrópoli donde el rechazo al candidato es mayor, cuatro de cada diez. En tanto que en el área rural desciende a uno de cada diez. Son los votantes mayores de 35 años los que muestran mayor antipatía hacia el candidato (29%).
Pese a que el apellido Arzú es ligado al sector pudiente del país, es en el sector económico socioeconómico alto (BC1) donde tiene un antivoto del 53%, mientras que en la clase baja (D) este disminuye al 21%.
El rechazo hacia el presidenciable se da pese a que durante años se identificó como dirigente de un equipo de futbol de la Liga Nacional y de la Selección Nacional.
Con su cuarto intento por llegar a la primera magistratura del país, el ingeniero de Jalapa, Mario Estrada, presidenciable del partido Unión del Cambio Nacional (UCN), tiene un rechazo del 21% de los votantes, pero es en la metrópoli donde mayor número de guatemaltecos ha indicado que difícilmente o nunca le daría su voto (37%).
Son los hombres los que menos mostraron apoyo hacia él, al igual que la población mayor de 25 años y las personas de la clase alta.
Zury Ríos, candidata por el Partido Valor, tiene un antivoto del 18%, y es en la metrópoli donde el rechazo es mayor, con un 26%. Es en el área rural donde este disminuye a un 15%.
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Cerca del 20% de los hombres muestran antipatía por Ríos, mientras que entre los jóvenes es el 17%. Es en la clase socioeconómica alta donde tiene mayor rechazo, cuando un 33% de los entrevistados no le daría su voto, mientras que quienes están en el nivel bajo solo el 17% mostró que no la apoyaría.
El antivoto de la presidenciable del Partido Valor podría estar ligado a la figura de su padre, Efraín Ríos Montt, nombre asociado a un golpe de Estado, lo que le ha generado conflicto en su inscripción para correr por la presidencia de la República.
Con un rechazo del 18% también aparece Alejandro Giammattei, presidenciable del partido Vamos, y quien por cuarta ocasión compite por llegar a la presidencia. Es en la metrópoli y en las áreas urbanas de la provincia donde la antipatía de los votantes hacia el candidato es mayor, con un 23% y 21%, respectivamente. En tanto que en la zona rural, este llega al 15%.
Es en la población comprendida entre los 25-34 años donde se percibe el mayor rechazo hacia el candidato, pues dos de cada diez votantes no le darían su apoyo. Igual número de personas de los niveles alto y medio no votarían por él.
El haber sido señalado de ejecuciones extrajudiciales en el caso Pavón, donde siete reos murieron en el asalto policial a la Granja Modelo de Rehabilitación Pavón, el 25 de septiembre del 2006, lo que podría haber contribuido a la antipatía por parte de los votantes.
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